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Precio del petróleo se dispara ante conflicto entre Rusia y Ucrania

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Luego de conocerse los hechos que sucedieron en Ucrania, los magnates del crudo han declarado que su precio se disparó ante el conflicto bélico. Según declararon, el precio del petróleo llego a los 100 dólares por barril aumentando la presión en la economía global.

Con esto, se registra la mayor alza de petróleo en los últimos siete años. Este fenómeno que no sería extraño ya que el precio del petróleo ya venía en alza por la tensión geopolítica. Esto se tradujo en que este jueves el barril de Brent superó la marca de los 100 dólares por primera vez desde septiembre de 2014. Por su parte las bolsas mundiales presentaron grandes caídas.

Esto significa que se agregó un 8,5% para negociarse a US$ 105,40 por barril a las 5:30 am del jueves. Asimismo, los precios del petróleo en EE.UU. aumentaron un 8% a más de US$ 100 por barril.

Esta alza representa un impacto a nivel mundial, ya que Rusia es el segundo productor mundial de petróleo, además de ser uno de los principales exportadores de gas natural.

Además, al ser uno de los protagonistas del conflicto las interrupciones que puede generar en su suministro podrían generar un alza en los precios minoristas. Esto provocaría que el crudo se vuelva más costoso para las personas de todo el mundo porque subirían los precios minoristas, haciendo que sea más costoso para las personas de todo el mundo cargar combustible para sus automóviles y para los europeos calentar sus hogares.

Los precios de la gasolina ya están en niveles récord en algunas partes de Europa.

El alza del petróleo

Los precios han subido constantemente durante casi un año, impulsados por el resurgimiento de la demanda tras la relajación de las medidas de confinamiento por la pandemia.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros 10 grandes productores de petróleo crudo, incluida Rusia, han aumentado gradualmente la producción. Sin embargo, han tenido problemas para cumplir con sus propios objetivos de producción a pesar de la enorme presión de las principales naciones consumidoras de energía para bombear más.