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Succession: tres ganadores y tres perdedores del penúltimo capítulo de la serie

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Succession se acaba. Cada vez que esa oración se lee, escucha o escribe, algo se remueve. Una de las mejores series de la última década no sólo ha logrado llegar a la previa de su episodio final sin perder calidad, sino que a lo largo de esta cuarta temporada, ha presentado los argumentos suficientes para convencernos de que es el momento adecuado para decir adiós. Ahora viene lo difícil: lograr el aterrizaje. Muchas series se juegan su legado completo en su último episodio y si logra ser o no satisfactorio.

La serie de HBO ha dedicado su último ciclo no sólo a concretar lo que su título siempre prometió (la sucesión de un imperio tras la muerte del patriarca), sino que, progresivamente, ir eliminando aspirantes al trono como si fueran piezas de ajedrez. En su penúltimo capítulo, el funeral de Logan Roy, la serie deja claro que el clímax será un enfrentamiento fratricida entre dos de los hijos del fallecido magnate por quedarse con la empresa que su padre construyó por décadas. Nada garantiza que ninguno de los dos gane. Puede que todo termine en la destrucción total (metafórica) de la familia que hemos aprendido a querer y odiar al mismo tiempo.

Sea cual sea el resultado de ese capítulo final, promete ser imperdible. Mientras tanto, así llegan los principales personajes al desenlace de la serie.

Por Matías de la Maza

 

GANADORES 

3) Lukas Matsson 

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Hace un tiempo que no mencionábamos a Lukas Matsson (Alexander Skarsgård) en esta lista. Y es que después de irrumpir como el gran antagonista de la última temporada tras la muerte de Logan, el magnate tecnológico sueco, cuyo objetivo final es concretar la compra de Waystar Royco, se ha movido en los márgenes de la historia principal, generalmente apoyándose en Shiv (Sarah Snook) para su trabajo sucio. A medida que han pasado los episodios, han surgido antecedentes que podrían truncar las aspiraciones del carismático y maquiavélico europeo, pero a Matsson todo pareciera rebotarle. Y el penúltimo capítulo efectivamente anticipa que si algo sabe hacer el sueco, es caer parado. Aconsejado por Shiv, aprovecha la distracción provocada por el funeral de Logan para revelar que infló algunos de los números de su empresa, lo que efectivamente pasa desapercibido. No sólo eso, sino que logra congraciarse con el presidente (supuestamente) electo de Estados Unidos, Jeryd Mencken (Justin Kirk) para garantizar que no habrá problemas regulatorios en su compra de Waystar. Matsson no llega necesariamente con la mejor mano al final de la serie, pero sí es el que tiene menos que perder. Eso lo deja todavía como un potencial ganador de este juego de tronos.

 

2) Tres elegías para describir la complejidad de un ser humano monstruoso

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Pasan muchas cosas en el funeral de Logan Roy, incluyendo las maquinaciones políticas que sirven la mesa para el final de la serie. Pero el centro emocional del capítulo, y quizás el momento definitivo de la serie, son las elegías que tres personajes realizan sobre el fallecido. Y es que Shiv, Kendall (Jeremy Strong) y Ewan (James Cromwell) no sólo describen lo que significó ese “mundo” de personaje que fue Logan, como dice su hija, sino que también cómo forjó el universo alrededor de él. Al final de todo, están hablando de la misma serie y de los sentimientos contradictorios que nos despiertan personajes odiables que, por alguna razón, no podemos odiar del todo. Y hasta queremos.

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Shiv utiliza su espacio para hacer una reflexión sobre la difícil (y condenable) relación de Logan con las mujeres, sean sus esposas, amantes o su única hija. Y describe, como en tantas relaciones abusivas, el patriarca era capaz de maquillar su misoginia con muestras de genuino cariño que eran irresistibles. Su discurso, la primera alocución que Shiv hace en mucho tiempo donde no buscaba manipular a nadie, es escuchado con rostros de atención y respaldo de las mujeres en el mundo de Logan sentadas en la parroquia (incluyendo todas sus ex esposas y ex amantes en primera fila, en una muestra genial de sororidad entre mujeres que padecieron al mismo hombre).

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Kendall, por su lado, defiende el legado de su padre, sin obviar el monstruo que podía llegar a ser. Pero bajo su visión, ese ímpetu por ganar siempre, a toda costa y generando un dineral en el camino, es la identidad de Estados Unidos. Y no está del todo equivocado. Pero Kendall también aprovecha la instancia para posicionarse, exitosamente, como el hijo más parecido a su padre, tras el fracaso de Roman (Kieran Culkin) de leer su propio discurso tras ser desbordado por el dolor.

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Eso nos deja con Ewan. La primera elegía de todas es la más honesta, desgarradora y empática, por más que el hermano del fallecido tiene como objetivo resaltar la inmoralidad de su pariente. Pero mientras todos esperan que Ewan bailara sobre la tumba del hermano que pasó buena parte de su vida odiando, el veterano Roy sorprende y entrega algo que sólo él puede: contexto al misterio de Logan Roy. Detalles del abuso y trauma que sufrió de niños. De cómo decidió transformarse del abusado en el abusador, con el mundo como su víctima. Ewan apunta a que si su hermano fue un monstruo, simplemente siguió un legado de dolor, que podría haberse esforzado en romper, pero optó por no hacerlo. Simplemente continuó aportando veneno a un mundo ya sobrepasado por este.

 

1) Empate: Kendall y Shiv Roy

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No quedan peones. No quedan torres, alfiles o caballos. Sólo un rey y una reina. El funeral de Logan, con toda su emotividad, fue también la instancia en donde Succession dejó claro que se viene la batalla final por el trono de la familia Roy. Y esa batalla tiene sólo dos aspirantes en pie: Kendall y Shiv. Ken, por un lado, se ha ido transformando en el “asesino” (metafórico) que su padre siempre quiso que fuera, actuando con frialdad, capacidad de manipulación y crueldad al momento de perseguir la corona que siempre ha sentido que merece. Por su parte, Shiv también ha demostrado ser una experta manipuladora, más parecida a Logan de lo que le gustaría admitir, pero además acumula el resentimiento de años de ser dejada de lado sólo por ser mujer, una situación que sus hermanos no hicieron mucho por cambiar. Kendall quiere Waystar Royco para ser Logan. Shiv quiere la empresa para demostrar que todo siempre pudo ser distinto. En el enfrentamiento final, puede que ninguno de los dos gane y la guerra termine en la autodestrucción de la familia Roy. Pero si un integrante del clan tiene que salir victorioso, sin duda será uno de estos dos.

 

PERDEDODRES

3) Las mujeres en la vida de Kendall

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Si Kendall se transformó en lo más cercano a Logan Roy en la tierra, no sólo quedó claro en cómo reunió a su círculo de lamebotas alrededor de su propia figura, sino que en la forma en la que trata a las mujeres en su vida. Después de tener un breve atisbo de desarrollar una conciencia moral la semana pasada, Ken pasó a mostrar los mismos rasgos temibles de su progenitor, minimizando el miedo de su exmujer e hija, de ascendencia india, ante la arremetida conservadora que él mismo ayudó a instaurar. No sólo eso, sino que reacciona de forma hostil a los temores de su familia. Su histórica asistente, Jess (Juliana Canfield, silenciosamente la MVP de la serie), no lo pasa mejor cuando le informa su renuncia, ante lo que Kendall responde con un clásico ejercicio de gaslightning, haciéndole creer que no tendrá futuro sin él alrededor. El personaje interpretado de manera magistral por Jeremy Strong ha sido detestable en múltiples ocasiones. Pero pocas veces menos empático que en esta espiral moral descendiente en la que se encuentra.

 

2) Prácticamente todos los personajes secundarios

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Si no te llamas Kendall, Shiv, Lukas o eres el supuesto presidente electo de Estados Unidos, no estás en un buen momento en el mundo de Succession. Y es que en el mejor de los casos, puedes postular a ser el sirviente de Kendall en su modo Logan 2.0, como rápidamente aceptan el encargado de comunicaciones Hugo (Fisher Stevens) y el guardaespaldas Colin (Scott Nicholson), o tomar tu lugar como la sombra de la mujer más poderosa de Norteamérica, como Tom (Matthew Macfadyen). Puedes retirarte a seguir siendo la broma que siempre fuiste como Connor (Alan Ruck) o puedes aceptar que llegó el momento de (probablemente) retirarse, como Karl, Gerri y Frank. O puedes ser Greg, quien, increíblemente, tiene posibilidades todavía de sobrevivir a todo como la cucaracha que es. Pero el funeral de Logan dejó en claro que los pesos pesados de este universo quedaron reducidos a un grupo selecto y mínimo. El resto queda a su merced.

 

1) Roman Roy

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Bienvenido de vuelta al top 1 de los perdedores, Roman (Kieran Culkin). La gloria duró poco. Después de ser el gran ganador la semana pasada, el menor de los hermanos volvió a lo que ha sido toda la temporada cuatro para él: un mundo de dolor. La soberbia y bravura que lo caracterizaban al principio de la serie ha ido progresivamente descubriendo a un hombre vulnerable y tremendamente dañado. En la obsesión de seguir complaciendo a su padre, incluso cuando ya no está en este mundo, se anotó un breve triunfo al definir la elección presidencial para el candidato que Logan habría aprobado. Pero el funeral terminó de quebrar a un personaje que por dentro estuvo siempre roto y, por como termina el capítulo, parece más allá de la reparación. Su muestra de emoción durante las elegías, natural en cualquier mundo, es una señal de debilidad imperdonable en el círculo que representa Succession, tanto así que pierde rápidamente el favor del presidente electo y hasta Kendall, quien lo había protegido en el pasado con su instinto de hermano mayor, le quita el piso y le dice que “lo arruinó”. Es difícil que Roman no termine la serie como el más perjudicado de toda la familia. Pero el vaso medio-lleno: Culkin ha entregado a través de este personaje la mejor interpretación en una serie llena de actuaciones notables.