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Todas las películas de Star Wars ordenadas de peor a mejor

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Star Wars lleva más de cuatro décadas acompañando a distintas generaciones, que se han unido en su fanatismo por el extraordinario universo creado por George Lucas.

A 45 años del estreno de la primera cinta, sin duda el viaje por la galaxia muy, muy lejana ha tenido un poco de todo: grandes aventuras pero también dolorosas decepciones. Pero sean buenas, malas o más o menos, sus películas son parte de la vida de muchos. Y también materia de discusión.

¿Cuál es la mejor película? ¿Y la peor? Por eso mismo a continuación ordenamos las películas, bajo el criterio extremadamente arbitrario de una sola persona. Para aportar al sano debate del fanatismo que nos une en torno a esta saga.

11) El Ataque de los Clones (2002)

Star Wars

Los fanáticos de Star Wars, más que por su preferencia de cuál es la mejor película, se pueden dividir en quienes dicen que La Amenaza Fantasma es su peor entrega y quienes apuntan con más desdén al Ataque de los Clones.

La cosa es que, con toda sus fallas, la primera cinta de las precuelas (1999-2005) tiene algunos momentos inolvidables y grandes personajes (más de eso en un rato), mientras que El Ataque de los Clones tiene pocas o nulas características redimibles.

La cinta es un resumen de todos los elementos que hacen que las precuelas reciban tan poco cariño: demasiado larga, demasiados efectos especiales, un mal guión y la débil actuación de Hayden Christensen como el adolescente Anakin Skywalker. Ni el gran Christopher Lee, ni el hecho de ver a Yoda peleando logran salvar a la cinta más débil de toda la saga.

 

10) El Ascenso de Skywalker (2019)

Más que una película, El Ascenso de Skywalker es una crisis existencial llevada al universo de Star Wars. Disney quedó tan temeroso de la reacción polarizada de los fanáticos al Los Últimos Jedi (2017), que decidió gastar buena parte de la última cinta de la saga de Skywalker en borrar lo que había hecho la cinta anterior.

¿El resultado? Una película demasiado deseosa de satisfacer al público cuya trama pareciera más salida de un focus group que del corazón. Fría, incoherente, y un doloroso para una tremenda historia, que termina por desperdiciar a su gran elenco.

 

9) Han Solo: Una Historia de Star Wars (2018)

Star Wars

¿Alguien necesitaba ver a Han Solo interpretado por un actor distinto a Harrison Ford? El segundo de los llamados “spin-offs” de Star Wars parte desde una premisa cuestionable y poco hace para justificar su existencia.

Alden Ehrenreich hace una buena interpolación del encanto de Ford, como un Han Solo más joven, pero la historia, que tiene seria dificultad para elegir el tono en el que quiere moverse, nunca está a la altura de un personaje legendario.

 

8) La Amenaza Fantasma (1999)

Muchos consideran a la primera de las precuelas la peor película de Star Wars. Y sí, está lejos de ser una gran película. Que George Lucas haya considerado que tras 15 años sin películas, el público quería conocer más sobre el sistema político y económico de la galaxia que creó es, por lo bajo, curioso. Pero la película tiene su cuota de magia.

Liam Neeson como Qui-Gon Jin y Ewan McGregor como un joven Obi-Wan tienen una dinámica inmediatamente entrañable, y Natalie Portman se suma al listado de las grandes heroínas de la saga. Y está Darth Maul, un villano con cero desarrollo (en la película, posteriormente tendría su protagonismo en las series animadas), pero ridículamente cool. El duelo final está entre las mejores secuencias de la saga.

Sí, tiene también a Jar Jar Binks y discusiones sobre el tipo de cambio. Pero quienes odian la película suelen olvidar sus grandes momentos.

 

7)  La Venganza de los Sith (2005)

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La mejor de las precuelas. A pesar de tener varios de los errores de sus antecesoras (la duración, el guión, la explosión de efectos especiales genéricos), también es una película con corazón.

La caída de los Jedi y el quiebre entre Anakin y Obi-Wan están entre los momentos más emotivos de la saga. Y el duelo final, al igual que en La Amenaza Fantasma, está a la altura del clímax que una trilogía irregular requería para, que sea en un momento, sentirse necesaria.

 

6) Rogue One: Una Historia de Star Wars (2016)

Entramos a la parte de la lista donde todas las películas tienen su mérito, y sus lugares son discutibles. Para algunos, Rogue One podría estar perfectamente más arriba. Incluso Top 3.

Es verdad que el primer spin-off de Star Wars fue una grata sorpresa. Una película de tono más adulto, más cruda y que demostraba que el universo que conocíamos todavía tenía muchas facetas por explorar. También es verdad que su primera parte es algo enredada y sobrecargada de trama, y que la película a ratos peca de tomarse demasiado entera a sí misma.

De todas maneras, el balance es positivo. Y su clímax es inolvidable.

 

5) Los Últimos Jedi (2017) 

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La película más divisiva de la saga. O se ama o se odia. Pero es difícil no admirar su ambición. El director Rian Johnson optó por contar una historia que pone en entredicho buena parte de lo que nos habían explicado antes.

Su apuesta para algunos fue sacrílega. Para otros, una buena forma de romper  con el pasado de la franquicia y llevarla a nuevas direcciones emocionantes.

Lamentablemente, Disney se alinearía más con quienes la odiaron. Su influencia probablemente desaparecerá en el tiempo. Pero quedará en la mente de varios como la mejor actuación de Mark Hamill como Luke Skywalker, y la última vez que pudimos ver a Carrie Fisher interpretando a Leia (esa monstruosidad que hicieron en El Ascenso de Skywalker no cuenta).

 

4) Star Wars (1977) 

La película que comenzó todo. Algunos podrán considerar hereje que no esté entre las tres mejores, siendo que es una perfección de película, dueña de algunas de las secuencias más icónicas no sólo de la saga, sino que la historia del cine.

La única razón por la que otras cintas la superan es porque aquí la galaxia de George Lucas estaba en pañales. Sería una gran introducción de personajes entrañables y un universo increíble, pero otras cintas construirían sobre eso y superarían a la original.

 

3) El Despertar de la Fuerza (2015)

Star Wars

Hablando de construir sobre el legado de la original. El Despertar de la Fuerza a ratos arriesga en ser un remake de la primera Star Wars, siguiendo buena parte de esa trama, pero cambiando a los personajes. Pero tiene algo más. El ser el balance perfecto entre lo antiguo y lo nuevo.

El apelar tanto al adulto que creció con Luke, Han y Leia, como para los niños que recién estaban entrando a ese universo, enamorándose de nuevos personajes como Rey, Finn y Kylo Ren. Disney lucharía en toda la trilogía de secuelas con la dificultad de lograr ese balance. Que una película lo haya logrado es un pequeño y bienvenido milagro.

 

2) El Regreso del Jedi (1983)

Para algunos, se trata de la cinta más débil de la trilogía original. Algo que depende casi netamente de si te molestan o no los Ewoks. Para quienes no nos importa, el Regreso del Jedi hace lo que es tan difícil en las sagas: entregar un final satisfactorio.

Es difícil. Sólo pregúntenle al Padrino o a la trilogía de secuelas de la misma Star Wars. El Regreso del Jedi cierra de gran manera el viaje del héroe no sólo de sus protagonistas, sino que incluso de su villano. Darth Vader se consolida como uno de los personajes más complejos del cine mainstream. Y su pelea final con Luke es el peak emocional de la saga que no tuvo El Ascenso de Skywalker.

Una película subvalorada que incluso podría ser considerada la mejor de todas.

 

1) El Imperio Contraataca (1980) 

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Pero la mejor de todas es una sola. De los pocos consensos que tienen los fanáticos de Star Wars: El Imperio Contraataca es la mejor película de todas. Incluso si la muchos cuando nos tocó verla ya sabíamos que Darth Vader era el padre de Luke, ese momento sigue poniendo la  piel de gallina.

Es una película que tiene momentos brillantes para todos sus personajes, pero también es la que mejor resume la temática de la trilogía original: las delgadas líneas entre el bien y el mal, y lo difícil que es resistirse al lado oscuro. También nos enseña que los héroes no siempre ganan. Y las historias pueden ser más emocionantes por eso mismo.