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‘Dawn FM’: The Weeknd se consolida como el artista pop más atrevido del planeta

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Por Ignacio De La Maza

Hagamos un poco de memoria ¿Les parece?…

Corría el año 2011 y la mayoría de nosotros ni sabíamos cómo se veía The Weeknd. De hecho, tampoco sabíamos si era un solista o un grupo, ni siquiera cuál era la verdadera identidad (o identidades) de su mente maestra. Solo contábamos con una mixtape (en esa era el término todavía significaba algo), ‘House Of Balloons’, en donde la sedosa voz de Abel Tesfaye sonaba espectral en medio de cuentos sobre abuso de cocaína y depravación sexual. El sonido parecía diseñado para volver locos a los melómanos de blog: Una especie de alquimia perversa que combinaba la desolación robótica de ‘808s & Heartbreak’ de Kanye West, la melancolía indie de Beach House (apropiadamente sampleados en una de las canciones), una voz angelical digna de Michael Jackson en su mejor época y niveles de carnalidad y decadencia tan desafiantes que harían a Prince ruborizarse.  Era algo realmente especial, un debut transformador cuyo real impacto en la cultura apenas era concebible por esos días.

Volvamos al presente…

Han pasado más de 10 años y prácticamente todos los seres humanos con conexión a internet sabemos quién es y cómo se ve The Weeknd. Tesfaye es una de las estrellas más grandes del planeta (quizás LA más grande), y tiene suficientes hits como para rellenar dos horas de concierto recurriendo casi exclusivamente a sus singles. Tocó en el Super Bowl, en los Grammys y el desfile de Victoria’s Secret. Ha colaborado con Kanye, Ariana Grande, Kendrick Lamar, Rosalía y Daft Punk. El tipo no necesita nada…

Y quizás por eso es tan estimulante que lo siga intentando de todos modos. En el fondo The Weeknd no ha perdido el espíritu aventurero de ‘House Of Balloons’. Claro, lo ha sabido disfrazar con un aderezo más digerible (‘Can’t Feel My Face’ debe ser la única canción sobre jalar montañas de cocaína que ha sido nominada a un Kids Choice Awards), y a ratos ha amenazado con sofocarlo bajo un esmalte demasiado prístino (‘Starboy’ tenía buenos sencillos, pero es quizás su obra más estéril hasta la fecha), pero casi siempre puedes contar que Tesfaye te sorprenda con decisiones inesperadas y genuina bravura artística.

Lo que nos lleva a ‘Dawn FM’, su más impresionante apuesta entre instintos pop irresistibles y experimentación corajuda. No es por nada que los principales arquitectos del álbum son Max Martin, el Svengali sueco detrás de los éxitos más innegables del pop contemporáneo, y Daniel Lopatin, el atrevido artista experimental más conocido como Oneohtrix Point Never. La tensión entre pretensiones comerciales y sensibilidades artísticas ha empujado la música de The Weeknd desde el minuto uno, pero rara vez con tanta claridad, elocuencia y gusto por lanzarse al vacío.

 

‘Dawn FM’ explicita sus intenciones desde temprano. Tesfaye se ha referido al disco como la radio más exitosa del purgatorio, tirando hit tras hit a las pobres almas en espera de su paso a la vida eterna. Apropiadamente, una de las primeras voces que te reciben en este viaje es la de un locutor institucional, el cuál sería reconocible como el mismísimo Jim Carrey incluso si no hubieses leído los créditos con anticipación. Carrey actúa como narrador de ‘Dawn FM’, usando el mismo tono mesurado que ha adoptado en los últimos años como el más atípico profeta hollywoodense del apocalipsis para prometer ‘una luz al final del túnel’, mientras presenta algo de ‘música easy-listening’ para calmar las ansias.

Coherentemente, ‘Dawn FM’ se debate entre la paranoia y la absolución. ‘Gasoline’ arranca con Tesfaye pasando su voz por un filtro que lo hace sonar como una especie de David Bowie atrapado en la Matrix (o como Justin Timberlake en ‘SexyBack’), anclado por un ritmo imperante mientras despacha reflexiones desesperadas sobre una relación parasitaria (y la primera de múltiples referencias a la asfixia erótica que se esparcen por el resto del álbum). Podría ser otro himno decadente más en una discografía llena de ellos, pero algo suena distinto: Nuestro antihéroe parece más vulnerable que de costumbre. ‘Lo único que entiendo es que la ternura es un juego que suma cero’ confiesa con una apertura que rara vez se le había escuchado antes.

El disco está lleno de estos pequeños momentos de genuina duda y terror, de una especie de búsqueda de redención tras años como pecador incorregible. ‘Sacrifice’, quizás el momento más deliciosamente pegadizo del álbum, combina una guitarra ochentera con el miedo profundo a que sus peores impulsos arruinen la posibilidad de genuina conexión con alguien. ‘Take My Breath’ vuelve a la reciente obsesión con la asfixia erótica, pero a modo de una desesperada súplica por sentir algo. Incluso el legendario Quincy Jones, productor histórico de Michael Jackson, aparece en un momento para reflexionar cómo su propio trauma afectó negativamente las relaciones con las personas que más ama. Hasta hay una canción que se llama ‘Todos los ángeles son aterradores’. Estamos hablando de emociones densas.

Ahora, nada de esto le resta a ‘Dawn FM’ en sus aspiraciones imperiales dentro de la música moderna. Es quizás el mejor trabajo de pop desde el inicio de la pandemia: Ambicioso pero abordable, lleno de ganchos que se alojan en tu cabeza a la primera escucha, profundizando en los coqueteos ochenteros del también genial ‘After Hours’ (2020) pero acentuando aún más la sincronía entre el terror y los deseos por incendiar la pista de baile. O sea, hay una canción que une a Tyler The Creator (otro romántico empedernido que recientemente abandonó su máscara de provocación) con el mismísimo Bruce Johnston, el hombre que reemplazó a Brian Wilson en las presentaciones en vivo de los Beach Boys y que eventualmente se convirtió en pieza clave del conjunto californiano (y autor de este temón). Obvio, la canción que los junta es una declaración sobre la naturaleza destructiva del amor absoluto. Hasta el título es tentativo y algo derrotado: ‘Here We Go…Again’. 

Pero calma, que como prometió Ace Ventura, hay una luz al final del túnel. Antes de que Carrey vuelva a cerrar los procedimientos llega ‘Less Than Zero’, una canción en donde Tesfaye suena impactantemente parecido a The War On Drugs (y por lo tanto suena como Springsteen, Dylan y Dire Straits en los 80s). En el tema, el canadiense ofrece la absolución que él mismo es incapaz de encontrar, ofreciendo una devastadora conclusión: ‘Hiciste lo mejor que pudiste conmigo, lo sé’. Puede ser un lamento, pero la música es triunfalista…casi esperanzadora.

Tratemos de cerrar esto, que se está haciendo largo: 

Decir que se trata de la ‘madurez’ de The Weeknd sería injusto con Tesfaye, un hombre que incluso en sus momentos más burdos es capaz de dotar a su música de una dignidad elegante. Pero ‘Dawn FM’ si es un paso adelante (hacia la luz, quizás) de un artista con hambre e ideas que parece sentirse más seguro que nunca de sí mismo. Es el jovencito de ‘House Of Balloons’ reimaginado como un autor de pop postmoderno, una estrella masiva que no le hace el quite a sus tendencias menos amigables, sino que las convierte en éxitos radiales. Es casi un truco de magia, hacerte grande mientras no olvidas tus raíces. Es así de bueno. Si así suena la redención de The Weeknd, difícil esperar a lo que venga después.