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Sonidos de pandemia: Los mejores discos del 2021

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Por Ignacio De La Maza

Dependiendo de a quién le preguntes, este 2021 pasó volando o fue un calvario eterno. Pero bueno, citando a un viejo amigo: “No des por excluyente lo que puede ser complementario”. Este año vino a confirmar que la vida post-COVID sigue siendo extraña, impredecible y un tanto angustiante, que los días pueden mezclarse los unos con los otros y pasar en un abrir y cerrar de ojos, a medida que se arrastran lentamente hacia una nueva temporada.

Pero bueno, como decían en ‘Jurassic Park’: La vida se abre camino. Y eso es al menos cierto en el arte: Hubo momentos en donde la vida que conocíamos parecía haberse ido, pero ahí estuvo la música para acompañarnos en la desesperación y la esperanza. Algunos artistas incluso aprovecharon la crisis para sacar obras definitivas, como si el apocalipsis solo hubiese alimentado la urgencia de sus voces.

Todavía no sabemos cómo se viene el 2022 (Ómicron ha vuelto a poner en tela de juicio cualquier intento de hacer planes a futuro). Sin embargo, hay razones para estar más optimistas que antes: Los casos de COVID-19 en nuestro país se han mostrado estables durante todo el segundo semestre, el proceso de vacunación avanza a paso raudo y ya hay fecha para una cuarta dosis… Y la música nunca falta, en buenas o malas.

He aquí los discos en los que nos apoyamos durante este 2021:

El mejor disco SOBRE la pandemia:

Nick Cave & Warren Ellis – Carnage

Todos esos sentimientos que hemos sentido con el ir y venir del Coronavirus, desde confusión e ira hasta tristeza profunda y un dejo de esperanza… Bueno, todo eso es ‘Carnage’. Nick Cave, el legendario músico australiano, compuso y grabó el álbum en confinamiento junto a su frecuente colaborador Warren Ellis (miembro de su banda Nick Cave & The Bad Seeds), intentando no referirse directamente al virus que cambió radicalmente nuestra forma de vivir sino que capturando sonoramente el tumulto psicológico que ha implicado vivir en pandemia. El tono no es exclusivamente apocalíptico: Hay una especie de viaje emocional a lo largo del disco, que comienza con una plaga bíblica pero cierra con Cave encontrando la redención en un amanecer pacífico y la compañía de un ser querido. Para ser un álbum cuyo título literalmente significa ‘Masacre’, ‘Carnage’ es por sobre todo un trabajo de compasión, algo que todos necesitamos en este 2021.

 

El mejor disco instrumental:

Floating Points, Pharoah Sanders & The London Symphony Orchestra – Promises

Poca música del 2021 ha funcionado más como un bálsamo que ‘Promises’. Craneado por el músico electrónico Floating Points y la leyenda del saxofón Pharoah Sanders (quien a sus 80 años toca mejor que nunca), el disco funciona como una invitación a desconectarse de la caótica contingencia y sumergirse en la parte más calmada de tus pensamientos. Con la ayuda de la Orquesta Sinfónica de Londres, cada uno de estos 9 movimientos es el equivalente a pararse frente a un lago y observar los movimientos en el agua, una progresión meditativa y calmada que te hace sentir rodeado por todo y nada al mismo tiempo. Fantástico.

El mejor disco pop:

Olivia Rodrigo – Sour

Lo de Olivia Rodrigo es brutal. La chica Disney llegó al número 1 del Billboard con su primera canción, y luego procedió a entregar un disco debut de drama adolescente y desamor joven perfectamente calibrado que de paso se convirtió en el álbum más escuchado del año… Todo mientras cumplía 18. Rodrigo tiene un talento descomunal para escribir melodías pegajosas, sus gustos musicales son omnívoros, y su perspectiva es refrescantemente imperfecta. Sí, hay momentos de ‘Sour’ que sugieren una sabiduría más allá de sus años, pero la mayoría del tiempo la voz de Rodrigo es desafiante en su juventud: Confundida, desolada, casualmente cruel, caótica, triunfalista. Tal como se debiese escuchar un primer corazón roto.


El mejor disco de hip hop:

Tyler The Creator – Call Me If You Get Lost

Tyler Okonma fue alguna vez el niño terrible del rap moderno. Tanto como líder del polémico colectivo Odd Future como en sus primeros trabajos en solitario, el rapero californiano parecía obtener un placer morboso de provocar a la opinión pública de la forma más grosera posible (necrofilia es uno de los temas MENOS polémicos de su obra inicial). Sin embargo, mucho ha cambiado desde entonces. Okonma se ha ido convirtiendo en un artista sensible y empático, dejando atrás sus impulsos controversiales para adoptar una perspectiva imposiblemente romántica. ‘Call Me If You Get Lost’ combina sus múltiples intereses en una sola obra maestra: Hay rap desenfrenado, R&B sexy, soul devastador, corazones rotos, gusto por las cosas finas de la vida y, por sobre todo, beats elegantes y creativos. Es una ‘vuelta de la victoria’ de una figura esencial en el pop moderno, y la demostración más impresionante hasta la fecha de su madurez artística.

El mejor disco punk:

Turnstile – Glow On

A los Turnstile les importa un carajo lo que consideras punk. Quizás por eso su nuevo álbum fue producido por un discípulo de Dr. Dre, y tiene ritmos demasiado contagiosos y coros demasiado irresistibles como para ser abrazado por los fans más militantes del hardcore. Ya, sí, hay gritos apasionados, ritmos frenéticos y guitarras afiladas, pero todo desplegado con tanto manejo de estructura y melodía que, en un mundo más justo, Turnstile estaría compitiendo en los ránking con Olivia Rodrigo (el mundo no es justo, por si no lo han notado). Sus inclinaciones abiertamente pop no hacen de ‘Glow On’ un proyecto menos ambicioso. Todo lo contrario: Es un álbum punk que puede contar entre sus influencias elementos de new wave, dance, samba, reggaetón, metal, funk, y lo que se te ocurra. Que aún así suene como una declaración musical coherente y definitiva habla sobre el talento especial de estos chicos. Ver su show programado en Lollapalooza 2022 será obligado.


El mejor disco debut:

Black Country, New Road – For The First Time

Algo está pasando en Gran Bretaña. Desde hace al menos un par de años que las bandas emergentes de la isla han rechazado el sonido brit pop con el que tantos intentaban probar suerte y han abrazado, en cambio, influencias más específicas del post-punk clásico. O sea, hay menos bandas buscando ser los próximos Arctic Monkeys, más buscando ser los próximos Nick Cave o Gang Of Four. De toda esta camada, pocos han causado más impacto con su debut que los fantásticamente llamados Black Country, New Road. El colectivo londinense cautiva de entrada con su inmensa musicalidad, su fusión de estilos y la voz deliciosamente paranoica de su vocalista Isaac Wood. La banda conjura tormentas rítmicas alrededor de perturbadores cuentos de obsesión sexual y claustrofobia digital que hacen de su música algo atemporal y contingente al mismo tiempo. Pasan de rock gitano a shoegaze con una facilidad de veteranos, a tal punto que cuesta creer que sea su álbum debut. Ojalá sigan sorprendiendo.

El mejor regreso:

Adele – 30

A estas alturas, la capacidad de Adele para no decepcionar es casi injusta. Después de haber definido el pop vocal de la última década con sus primeros tres álbumes, la británica regresó con su trabajo más completo hasta ahora. No es que Adele sea ajena a desmenuzar el desamor con una elocuencia que cualquiera envidiaría, pero ’30’ es por lejos su declaración definitiva en este aspecto: Tomando inspiración de su propio divorcio, Adele se expresa con una versatilidad sobrehumana, en una hora llena de dolor, vulnerabilidad, ira, seducción, desafío e incluso esperanza (a veces todo dentro de la misma canción). Es también su disco más maduro: Si antes cantaba desde la desolación juvenil, ahora incluye una perspectiva que reconoce la complejidad inherente de las relaciones humanas. Su entrada a la adultez viene de la mano de su música más madura y aventurera. Incluso en sus momentos más bajos, Adele demuestra ser invencible.

El mejor regreso PARTE DOS:

ABBA – Voyage

No había ninguna razón para esperar algo nuevo de ABBA en el año de nuestro Señor 2021. Había aún menos razones para esperar que, en caso de haber algo, ese material valiese la pena. Los suecos, arquitectos del pop moderno, llevaban décadas alejados del ojo público y del estudio de grabación, y uno podría haber asumido que ya nos habían regalado todo lo que tenían para dar. Bueno, que ‘Voyage’ sirva como (enésima) lección de nunca subestimar a Abba. En su primer álbum en 40 años, las leyendas nórdicas reconcilian su época dorada a fines de los 70s con nuevas técnicas de producción y una buena dosis de nostalgia. El resultado es una obra conmovedora por parte de unos maestros del género que no tienen nada que demostrar… Pero lo hacen igual, solo para recordarnos brevemente que pocos lo hacen mejor que ellos.

 

El mejor disco chileno:

Camila Moreno – Rey

Pasan los años y Camila Moreno solo se vuelve más esencial. ‘Rey’ puede ser fácilmente su disco más atrevido,  una obra de tensión distópica, llamados revolucionarios y una perspectiva que se debate entre el horror y el cauto optimismo, un espejo de una época de profunda transformación en nuestra sociedad. No solo sus letras son feroces, políticas y elocuentes, encontrando intimidad hasta en el más universal de los llamados a la acción, sino que su música muestra un coraje inspirador, una especie de rebeldía sónica que desestima las barreras entre géneros establecidos e incorpora cuanto sonido sea apropiado para estos collages futuristas de miedo, deseo, duda, ira y esperanza. El camino que ha recorrido Moreno desde su debut solo se vuelve más impredecible con cada disco que pasa. Verdaderamente un lujo.

El mejor disco chileno PARTE DOS:

Martina Lluvias – Recopilatorio

Martina Lluvias hizo esperar su álbum debut. Sus primeros EP, ‘Las Canciones’ (2014) y ‘ Miedo A La Oscuridad’ (2017) adelantaban a uno de los grandes talentos autorales de la nueva música chilena, pero aún así es impresionante el salto que se pega con ‘Recopilatorio’. Martina mantiene la intimidad desgarradora de sus primeras composiciones, pero lo hace sonando más expansiva que nunca, metiendo guitarras etéreas, baterías tarreadas (es una palabra, lo juro), y su virtuosa voz que puede pasar de susurro a tormenta en un abrir y cerrar de ojos. En menos de 24 minutos se construye un mundo entero de nostalgia, pequeñas epifanías y sí, lluvia. Irónicamente, pocos discos este año suenan más cálidos.