Que hacer

[VIDEOCLUB] Free Guy: una película para disfrutar en Star+

Imagen principal

N. de la R: Esta reseña se publicó originalmente para el estreno de Free Guy: Tomando el Control en los cines. Ahora la película está disponible en la plataforma Star+.

Por Matías De La Maza

Desde el retorno de las salas de cine este invierno, la realidad pandémica se ha hecho notar: en un contexto en donde hay límites de aforo y el toque de queda impide entregar una mayor variedad de horarios, el espacio disponible para estrenos en multisalas está principalmente reservado para grandes superproducciones que aseguren algo de público como para justificar el negocio.

En simple, sólo sandías caladas: nuevas entregas de grandes franquicias (Rápidos y Furiosos 9, El Escuadrón Suicida, El Conjuro 3), secuelas (Space Jam 2, No Respires 2) o adaptaciones de lo que sea (Jungle Cruise). Los recintos con un poco más de cartelera, suman algunas opciones oscarizadas, como Nomadland y El Padre.

En ese escenario, el nuevo estreno de 20th Century Studios (ex Fox), “Free Guy: Tomando el Control”, es una anomalía: sí, es una superproducción (costó cerca de 125 millones de dólares) y está llena de efectos especiales, así como de rostros conocidos, pero es una película con una idea original, no basada ni en un cómic, ni libro, ni una entrega previa. Se estrena además, en algo que ha sido poco común en pandemia, al par que su debut en Estados Unidos. Y, quizás lo más distinto de todo, sólo en cines. La gran mayoría de las películas en cartelera tienen la opción de verse en alguna plataforma, sea Disney+ o HBO Max.

La historia, dirigida por Shawn Levy (de la saga “Una Noche en el Museo” y múltiples episodios de “Stranger Things”), se centra en Guy (Ryan Reyndolds, de Deadpool), habitante de Free City, una ciudad donde personas como él están condenadas a vivir una existencia mundana y monótona, mientras héroes de acción viven destruyendo todo a su paso y atormentando las rutinas de Guy y personas como él, quienes aceptan el caos con una sonrisa. Rápidamente la trama establece que Free City y Guy no son reales: son parte de un videojuego (claramente inspirado en exponentes reales como Fortnite y GTA), aunque, claro, ellos no lo saben. Es simplemente su realidad.

La cosa es que un día Guy decide, aún sin tener claro que su existencia es meramente virtual, salirse de su rutina y él mismo tener aventuras como la de los jugadores que constantemente destruyen su mundo. Pero, mientras el resto gana puntos por cometer crímenes, él lo hará realizando buenas acciones, algo completamente en contra en la lógica del juego. Mientras, Millie (Jodie Comer, ganadora del Emmy por “Killing Eve”), una jugadora que decide entrar al mundo de Free City para encontrar evidencia de que supuesto creador del videojuego (Taika Waititi, ganador del Oscar) robó un código de su autoría para terminar facturando millones. Para eso, busca la ayuda de su excompañero en la creación de dicho código, Walter (Joe Keery, o “Steve” de Stranger Things), quien ahora trabaja para la compañía dueña de Free City.

Dos conceptos se venían a la cabeza constantemente mientras uno veía la película: BioShock y Jim Carrey. El primero es un videojuego del año 2007, un “shooter” (como se cataloga a los videojuegos donde hay que disparar a enemigos) que generó no sólo muchas ventas, sino que una enorme discusión en torno a su historia, luego de que la trama, en apariencia común y corriente, a eso de la mitad de su duración hiciera una revelación que hacía al jugador cuestionarse completamente por qué había hecho todo lo que había hecho durante las últimas horas, cuestionando el libre albedrío de quien, en apariencia, tenía el control.

free guy

Por otro lado, lo de Jim Carrey tiene que ver con la energía que aporta Ryan Reynolds a esta película: tras años a la deriva como galán inocuo de comedias románticas y malas películas de acción, el actor demostró que podía ser un torbellino de carisma y tremendamente gracioso gracias a Deadpool. Aquí, su interpretación recuerda al Carrey clásico, como en “Mentiroso, Mentiroso” (1997) o Todopoderoso (2003), donde incluso cuando las tramas eran familiares, el protagonista aportaba acidez a su humor y guiños al público adulto.

Free Guy es una comedia de acción familiar que trae más de lo que ofrece una superproducción promedio: entre todas las explosiones y efectos digitales, y un guión que en más de una ocasión tambalea con diálogos genéricos, la historia apunta sus dardos a la falta de ideas originales en el cine y también a la lógica violenta de muchos videojuegos. Es verdad que también cae en ideas poco originales (con referencias a otras películas) y utilizando la misma violencia caricaturesca de los Fortnite y demases. Pero sus ideas de fondo son creativas, su elenco es encantador, el humor funciona y, sobre todo, tiene mucho corazón. En medio de una cartelera que aún se recupera, y su fragilidad le juega en contra a su variedad, un estreno de este tipo, que se pueda ver sólo en la pantalla grande, se agradece.