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Disco chileno del día: “Loza” de Niña Tormenta

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Por Ignacio De La Maza

Tiare Galaz tiene ese talento elusivo de hacer que la soledad suene como una invitación. Sus canciones, ancladas por su voz honesta y su fiel ukelele, encuentran espacios en donde colorear en medio del silencio, introduciendo detallitos e ideas inesperadas que hacen de cada pieza un ecosistema vivo. Para hacer música que frecuentemente evoca el invierno, hay algo en su obra que recuerda más bien al florecimiento de la primavera.

‘Loza’ (2017), su debut larga duración como Niña Tormenta, es una obra maestra de folclor postmodernista. Cada tema es acompañado por un arreglo engañosamente simple que esconde un sinfín de matices: Los susurros fantasmagóricos de ‘Clase M’, el anhelo apocalíptico de ‘Que Entre El Frío’, el pequeño tecladito que acentúa la desolación de ‘Canción Nueva’, el juego armónico de ‘Edificios Nuevos’, la lluvia torrencial al fondo de ‘Va A Llover Hasta El Doming0’. 

Más impresionante aún es ‘Lozapenco’, un recuerdo difuso de la abuela de Galaz (y su predilección por la loza titular) que no solo le da el nombre y concepto a la imaginería del álbum, sino que actúa como su tesis emocional: Una recolección de acciones, objetos y detalles que forman una identidad, una exploración sobre la complejidad de la nostalgia y cómo hace de los momentos felices algo triste y viceversa.

Producido junto a Diego Lorenzini (que junto a Galaz y otros artistas han transformado al sello Uva Robot en uno de los colectivos más influyentes del país), ‘Loza’ fusiona folclor tradicional e impulsos modernos en una carta de amor al poder evocativo de la música de raíz. A ratos es de una delicadeza, una entrega, un sentimiento tan enorme que te hace sentir que estás escuchando algo trascendente. Algo real. Así de buena es Niña Tormenta, y así de bueno es su disco debut.

Ahora que viene la primavera, haríamos todos bien de acompañarnos con música como esta.