Que hacer

4 clásicos de la música chilena que cumplen 30 años este 2021

Un repaso a discos fundamentales del cancionero nacional que vieron la luz hace 3 décadas.

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Existe una cierta convención sobre que 1991 fue la consolidación de una nueva ola de ‘música alternativa’ alrededor del mundo. Fue el año en donde Nirvana definió el presente y futuro cercano del rock con ‘Nevermind’, misma temporada en donde U2 decidió darle un giro radical a su propuesta sonora con ‘Achtung Baby’ y en donde los Red Hot Chili Peppers aterrizaron sus ambiciones de masividad con ‘Blood Sugar Sex Magik’. Y bueno, la lista sigue…

Chile pasaba por esas fechas por su propio proceso de redefiniciones, incluyendo en el ámbito musical. La dictadura había acabado y el pueblo chileno recuperaba su democracia por primera vez en casi dos décadas, un proceso que inspiró a una nueva camada de artistas que expandieron los horizontes del sonido del rock chileno como se le conocía hasta entonces.

Como estamos todavía en medio de una pandemia que nos ha quitado tanto, permítanos ponernos nostálgicos y regresar a esa temporada de 1991, destacando las piezas fundamentales de música criolla que cumplen 30 años (!!!) en la actualidad.

Los Tres – Los Tres

Junto con ‘La Voz De Los ’80’, el homónimo de Los Tres debe ser el debut discográfico más importante e influyente en la historia de nuestro país. Cimentando a Concepción como capital musical de Chile, la química instantánea e irrepetible entre Álvaro Henríquez, Titae, Ángel Parra y Pancho Molina irrumpió con una colección de canciones que fusiona blues, rockabilly, folclor latinoamericano, jazz y hasta tintes de cueca en una obra que se siente muy universal y muy chilena al mismo tiempo. Un clásico.

La Ley – Doble Opuesto

Lo que el debut de La Ley apenas había sugerido, ‘Doble Opuesto’ vino a confirmar: La banda era cosa seria. Como si el carisma magnético de Beto Cuevas no fuese suficiente, la banda pule aún más su irresistible y seductor sonido de pop rock sintetizado, afilando los coros pegajosos y profundizando la sofisticación de la música, cortesía del fallecido Andrés Bobe. Puede que La Ley tuviese momentos aún más exitosos por delante, pero nunca volverían a sonar tan completos como en este álbum.

Profetas y Frenéticos – Profetas y Frenéticos

Digan lo que quieran de Claudio Narea, pero su primer emprendimiento tras su turbulenta (primera) salida de Los Prisioneros es uno de los proyectos más puramente disfrutables que se hayan desprendido del trío sanmiguelino. Canalizando su amor por el rockabilly, Narea configura una serie de composiciones rítmicas, pegadizas e inesperadamente carismáticas, sumando influencias de funk, punk y hasta rap en un debut confiado que puso foco en su subvalorado sentido lúdico. Su compositor tendrá un legado discutible, pero el disco habla por sí solo (excepto ‘Dios Existe’, una canción terrible que nos recuerda los peores impulsos de Narea, pero ya está).

Mauricio Redolés – Química (De La Lucha De Clases)

Si bien ‘¿Quién Mató A Gaete?’ es el gran testamento del eléctrico Mauricio Redolés en la década de los ’90,  ‘Química (De La Lucha De Clases)’ fue su primer golpe de mesa en esa década. Trabajando por primera vez con el apoyo de un sello profesional (algo que más tarde acusaría que le quitó cierta independencia), el siempre multifacético Redolés explora desde reggae y hip hop a funk y baladas siniestras, todo enmarcado en un desmenuzamiento mordaz y deslenguado sobre los traumas de la sociedad chilena post-Dictadura. Redolés ya era uno de los artistas más elocuentes, atrevidos e impredecibles de Chile, pero ‘Química’ marcó el comienzo de una nueva etapa en donde lo mejor estaba aún por venir.