Viaje Infinito

Francia y Bélgica, dos joyas europeas en una sola travesía

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En una nueva edición de Viaje Infinito, emprendimos rumbo a Francia y Bélgica, dos destinos que, aunque vecinos, ofrecen contrastes fascinantes entre elegancia, historia, modernidad y tradición.

Primera parada: Francia.
Nuestra aventura comenzó en París, la ciudad de la luz, donde caminar por la ribera del Sena, visitar la Torre Eiffel y perderse por las callecitas de Montmartre es parte del ritual de bienvenida. Luego nos dirigimos a Provenza, con sus campos de lavanda y pueblos colgantes como Gordes y Roussillon, ideales para quienes buscan una postal viva del sur francés. No podía faltar la región de Borgoña, perfecta para los amantes del vino, con viñedos infinitos y gastronomía local que enamora.

Siguiente destino: Bélgica.
Al cruzar la frontera, nos recibió Bruselas, con su icónica Grand Place, su arquitectura Art Nouveau y el sabor inconfundible de los waffles. Pero el encanto belga no se detiene ahí: en Brujas, los canales medievales y calles adoquinadas parecen salidos de un cuento; mientras que en Gante, la mezcla de historia universitaria, arte urbano y vida nocturna le dan un ritmo único a cada rincón.

Ambos países son un viaje en el tiempo y en el paladar, ideales para quienes buscan belleza, cultura y experiencias memorables en cada paso.