Viaje Infinito

Ruanda: Observación de Gorilas y el lujo africano

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En un nuevo capítulo de Viaje Infinito, nos trasladamos a un destino casi literalmente en el corazón del continente africano, viajamos a Ruanda.

Conversamos con Hernán Passalacqua, director ejecutivo de Fitzroy Turismo & Real Estate.

Conversamos también con Bárbara Thayer, de Mandala Viajes.

¿Qué visitar en Ruanda?

1. Parque Nacional de Nyungwe

En pocas palabras, el Parque Nacional del Bosque Nyungwe es la región de Ruanda que más destaca por su biodiversidad. Esta zona protegida ocupa un lugar prioritario en la conservación de los bosques de África y alberga una de las selvas más antiguas del continente. A pesar de su gran riqueza natural, Nyungwe es poco conocido fuera de África oriental y muchos turistas pasan de largo; una lástima, ya que el parque ofrece excelentes rutas de senderismo y la posibilidad de seguir las huellas de los chimpancés, acostumbrados a la visita de humanos.

2. Lago Kivu

A pesar de su excepcional ubicación, repartido por una serie de lenguas de tierra que se adentran en el lago Kivu, Kibuye no ha acaparado la atención del turismo como destino de sol y playa del mismo modo que Gisenyi, pero la relación calidad-precio es mejor. Aunque en esta parte del lago no hay tantas playas buenas, es un lugar muy hermoso, donde las colinas caen en picado en las profundas aguas y la accidentada costa tiene algunas islas próximas.

3. Parque Nacional de los Volcanes

Este parque se extiende a lo largo de la frontera con la República Democrática del Congo (RDC) y Uganda, y comprende la región de las montañas Virunga correspondiente a Ruanda. Estas montañas, que incluyen cinco volcanes, son fascinantes, y el parque es uno de los más apasionantes de África. De entre todos sus extraordinarios atractivos, destacan los gorilas de montaña. La mayoría de sus visitantes obviamente acuden al parque movidos por el deseo de encontrarse cara a cara con gorilas en la niebla, pero también pueden verse los escasos monos dorados, algunos de los cuales se han acostumbrado al contacto con los humanos. Hay, además, un gran abanico de opciones para hacer senderismo o escalada.