José Antonio Nualart y Gonzalo Guarda de Clínica Everest: “Nos costó mucho empezar. Esto no fue un golpe de suerte”
Todo comenzó a comienzos de los 2000, cuando dos hermanos, José Antonio y Emilio Nualart, soñaban con cambiar la forma en que los chilenos veían la odontología. Jóvenes, con más ganas que recursos, decidieron apostar por una idea tan arriesgada como innovadora: crear la primera clínica dental con formato retail del país. Para financiar el sueño, José Antonio vendió su auto y liquidó sus pocos bienes, mientras Emilio, desde Zurich, aportaba su visión estratégica mientras estudiaba su MBA.
En 2004, ese sueño se materializó con la fundación de Clínica Dental Everest, una marca que con el tiempo no solo revolucionó la atención dental en Chile, sino que se transformó en una red líder con presencia nacional. Lo que comenzó con un solo sillón dental y un puñado de pacientes en Lo Curro, hoy atiende a más de mil personas al día y reúne a más de 150 dentistas, 300 empresas asociadas y millones de sonrisas transformadas.
De una idea imposible a un referente del rubro, Clínica Dental Everest es la historia de cómo la convicción, el sacrificio y una visión distinta pueden levantar mucho más que una empresa: pueden construir una verdadera revolución en salud.