Rodrigo Arellano de Tío Tomate: “Jamás hemos querido ser un restaurante italiano”

Comenzaron con una idea sencilla: poner una pizzería al frente de una discoteca en Cachagua, sin saber que estaban dando el primer paso hacia un fenómeno gastronómico. Era 2007 y tres amigos —Pablo del Río, Matías Valdés y Andrés Rodríguez— querían algo más que vender pizzas: querían crear un lugar con onda, donde la gente se sintiera como en casa. Lo llamaron Tío Tomate, inspirados en un personaje de Condorito, y sin saberlo, le estaban poniendo nombre a una marca que se convertiría en sinónimo de relajo, sabor y encuentro.
Pasaron los años y el concepto creció. De los veranos repletos en la costa, pasaron a los barrios más concurridos de Santiago. Nunca cambiaron su esencia: un espacio distendido, familiar y auténtico, donde cada rincón tiene historia, y cada pizza cuenta parte del viaje. Hoy, con locales en Barrio Italia, El Mañío , La Dehesa —donde incluso levantaron un parque—, siguen fieles a su instinto: no dar franquicias, no apurarse, y mantener la receta original que mezcla pasión, intuición y amistad.
¿Cómo fue que una simple fuente de soda frente a una disco terminó convirtiéndose en un ícono gastronómico con más de quince años de historia? Descúbrelo en ‘Más Que Un Pitch’, disponible en Spotify y de lunes a viernes de 17:00 a 18:00 horas por el 100.1 FM e Infinita.cl.