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DF En Infinita: Rodrigo Paz apuesta por mejorar las relaciones entre Chile y Bolivia

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En una nueva edición de DF En Infinita, José Tomás Santa María, director de DF y DF MAS, abordó el triunfo del centroderechista Rodrigo Paz en las elecciones presidenciales de Bolivia y lo que significa para Chile en materia diplomática y económica.

Bolivia eligió a Rodrigo Paz como su nuevo presidente para el período 2025-2030, tras imponerse con más del 54% de los votos sobre el derechista Jorge “Tuto” Quiroga. Aunque falta la confirmación oficial del Tribunal Supremo Electoral, Paz ya inició los preparativos para una transición ordenada junto al mandatario saliente, Luis Arce, y aseguró tener “una batería de abogados” para evitar impugnaciones.

Su mayor desafío será la gobernabilidad, en medio de una Asamblea fragmentada y la presión del expresidente Evo Morales, quien busca rearticular al MAS. Analistas advierten que Paz deberá demostrar capacidad de gestión ante la crisis económica más severa en dos décadas.

En materia económica, el presidente electo propone un modelo liberal moderado, con reducción de impuestos y aranceles, acceso a créditos y una política cambiaria con máximos y mínimos. Asegura que no recurrirá a préstamos del FMI, sino que usará los más de US$ 3.500 millones ya aprobados. Sin embargo, expertos dudan de la viabilidad del plan sin financiamiento externo, considerando que el déficit fiscal bordea el 10% del PIB y aún no existe un programa económico detallado.

Paz ha declarado que “la ideología no da de comer” y que su prioridad será estabilidad, empleo, instituciones sólidas y respeto a la propiedad privada. Los analistas coinciden en que la clave será atraer inversión extranjera y generar certezas jurídicas para aprovechar el potencial agrícola, minero y energético del país.

En el plano internacional, Chile aparece como un socio estratégico. Paz ha insistido en que el desarrollo boliviano pasa por trabajar junto a Chile, lo que abre una etapa de acercamiento tras dos décadas de distanciamiento. Actualmente el intercambio comercial bilateral bordea los US$ 1.200 millones, dominado por exportaciones chilenas de diésel y calzado, e importaciones bolivianas de soya y productos agrícolas.

Empresarios chilenos ven oportunidades en minería, logística y servicios, mientras que Bolivia podría aprovechar los puertos de Arica y Antofagasta para impulsar sus exportaciones. También se plantea la posibilidad de modernizar el tratado de libre comercio vigente desde 1993 y, eventualmente, restablecer relaciones diplomáticas plenas.