Gripe: ¿Cómo sobrellevar los síntomas de una de las enfermedades más comunes del invierno?

Los síntomas de la gripe moderada a grave nos pueden imposibilitar continuar con nuestro día a día, y si no se cuida puede convertirse en neumonía.
Entramos al invierno y aparecen las dos enfermedades más comunes de la estación: la gripe y el resfriado. La mayor diferencia entre ambas es que la gripe (influenza) es de mayor intensidad, y mientras que un resfrío se puede pasar con suficiente líquido y descanso, la gripe va a necesitar de ciertos cuidados paliativos que reducirán sus síntomas.
La primera solución que el mercado nos podría ofrecer son los antigripales por vía oral, los cuáles a través de varios principios activos buscan atacar los principales síntomas de la influenza: dolor de cabeza, dolor muscular, fiebre, tos seca, dolor de garganta y congestión nasal.
Hay medicamentos antigripales de todo tipo de fórmula, la mayoría combina paracetamol, por su actividad analgésica y antipirética (controla la fiebre); clorfenamina, como antialérgico; pseudoefedrina, para descongestionar; y la cafeína como estimulante.
Aunque muchos se encuentran en venta sin receta, se recomienda de todas maneras consultar a su médico por el mejor antigripal que se ajuste a su edad, peso y caso de influenza.
Otra alternativa para tratar el virus de la gripe, puede ser tomar medicamentos individuales que cumplan algunos de los objetivos de un antigripal.
Con esta enfermedad está garantizado mínimo el dolor leve a nivel general del cuerpo, para ello se pueden administrar analgésicos como el ibuprofeno, que además estará controlando la temperatura. Sin embargo, de ser posible se sugiere tomar paracetamol de 500 mg que presenta casi nulos efectos secundarios.
Los médicos también suelen recetar interacciones con antihistamínicos comunes para los síntomas que se comparten con las alergias, de preferencia los de primera generación como la loratadina y la cetirizina, que no causan sueño.
Para la gripe con tos, se podrían recetar jarabes que contengan antitusivos, también llamados antitusígenos, como el dextrometorfano, que en combinación con paracetamol y loratadina han sido indicados en el alivio de la influenza de tipo A.
Se debe respetar la dosis de estos tratamientos y no superar el periodo que le sea indicado por un profesional de la salud, ya que aumenta el riesgo de efectos adversos, y específicamente en el uso reiterado de paracetamol se puede provocar daño hepático.
Por precaución, ninguno de los mencionados se debe administrar en pacientes diabéticos, con insuficiencia renal, alcohólicos crónicos, durante el embarazo o la lactancia sin la indicación de un médico, no se utilizan como tratamiento en menores de 2 años.
Los fármacos que se deben evitar a toda costa son los antibióticos, que van perdiendo efectividad en nuestro cuerpo entre más se consuman ya que generamos anticuerpos que los neutralizan, y no curan infecciones de tipo viral como lo es la gripe.
A pesar de la intensidad de la gripe, para evitar complicaciones o que se extienda su estado febril, se debe combinar el tratamiento farmacológico del virus con la ingesta y reposición de líquidos y suficiente descanso.