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El complejo legado de Pablo Neruda a 50 años del Nobel

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Un día como hoy, exactamente hace 50 años, el poeta y escritor Pablo Neruda recibía el Premio Nobel de Literatura, un galardón que hace tiempo había anhelado.

El ex senador y canciller es sin duda una de las figuras más importantes en la historia de la cultura de nuestro país. Ese día, cuando fue anunciado como el ganador de este premio, Neruda señaló que: “Estaba yo en París en 1971, recién llegado a cumplir mis tareas de embajador, cuando empezó a aparecer otra vez mi nombre en los periódicos”.

Autor de grandes obras como Canto General, los Veinte Poemas de Amor y Residencia en la Tierra y entre otras creaciones maestras dejó un importantísimo legado para la posteridad y se le consideró por parte de la academia Sueca como el “autor de una poesía que, con la acción de una fuerza elemental, da vida al destino y los sueños de un continente“.

Cuando fue galardonado con la máxima distinción, el entonces embajador chileno tenía 67 años y era un importante nombre dentro de la academia.

Pero el legado de Pablo Neruda ha sido cuestionado durante los últimos años por parte de muchos grupos. Varios detalles inéditos de su vida personal y familiar han llegado incluso a ser repudiados.

El poeta en 1934, estaba casado con la holandesa Maria Hagenaar Vogelzang. Ambos tuvieron una hija llamada Malva Marina, y hace pocos años salió a la luz que su hija, que sufría de hidrocefalia, había sido abandonada por su padre y también, tratada casi como si fuera un animal. Según relata la ex esposa de Neruda, el poeta decía que era “un ser perfectamente ridículo”, “una especie de punto y coma” y “una vampiresa de tres kilos”.

El poeta chileno primero la ocultó, y luego la abandonó definitivamente, a ella y a su madre Maria en la ciudad de Montecarlo. Años despues, en Holanda, en 1943, moriría la pequeña Malva Marina con ocho años.

Otro de los hechos que que han sido cuestionados en la carrera del artista, es lo que se logra leer en algunos escritos de “Confieso que he vivido”, donde el autor recordó un encuentro con una mujer. Ese encuentro, lo narró así:

“Una mañana, decidido a todo, la tomé fuertemente de la muñeca y la miré cara a cara. No había idioma alguno en que pudiera hablarle. Se dejó conducir por mí sin una sonrisa y pronto estuvo desnuda sobre mi cama. El encuentro fue el de un hombre con una estatua. Permaneció todo el tiempo con sus ojos abiertos, impasible. Hacía bien en despreciarme. No se repitió la experiencia”.

Esto, fue altamente criticado desde varios lugares y movimientos. En 2018, de hecho, el movimiento feminista chileno realizó una difusión de estos extractos y reprobaron tajantemente el hecho. “Estamos ante la descripción de una violación, el testimonio de un hombre que cuenta cómo impuso su fuerza y su voluntad sin consentimiento a una mujer pobre“, publicaron.

Una carrera exitosa, con obras de antología, pero que durante los últimos años han sido empañadas por estas acusaciones. Neruda sin duda que es de los nombres clave en la cultura, pero su legado no puede ser puesto en la balanza sin antes escuchar de su historia personal y de cómo dañó a otras personas.