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Cinco conclusiones que dejan las nominaciones al Oscar

Esta semana el mayor premio del cine anglosajón anunció sus categorías. Las nominadas dicen mucho de la Academia, el estado del cine y las grandes deudas de Hollywood.

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Por Matías de la Maza.

El triunfo de lo popular…

En octubre, hubo una polémica cuando los Oscar anunciaron su intención de abrir una nueva categoría: “Mejor Película Popular”, un premio destinado a reconocer las películas masivas que la Academia suele omitir, principalmente las superproducciones. El rechazo fue tal que la organización echó pie atrás, pero si algo dejaron en claro las nominaciones del martes, es que la Academia, probablemente en un intento de reconectarse con las audiencias, decidió hacerle un espacio privilegiado al cine pop.

“Pantera Negra” se transformó en la primera cinta de superhéroes en postular al Oscar a Mejor Película. Méritos tiene de sobra: es de las cintas más elogiadas del año y aborda un tema contingente como el racismo. Pero hace justo diez años, “Batman: El Caballero de la Noche”, se quedaba fuera de la categoría a pesar de ser considerada una de las mejores cintas de la década pasada. Una señal clara de cómo han cambiado las cosas.

No es el único caso: “Roma” está lejos de ser cine pop, pero sí representa las preferencias actuales del público para ver cine, siendo la primera película de Netflix en ser nominada a Mejor Película. La nominación de “Nace una Estrella” fue precedida por una abultada taquilla de US $ 400 millones de dólares y una historia protagonizada por Lady Gaga, mientras que “Green Book”, una de las favoritas, si bien no fue un éxito en las salas norteamericanas, si fue muy bien recibida por el público que la vio (ganó el premio de la audiencia en Toronto). Y eso sin mencionar “Bohemian Rhapsody”, una de las películas con peores críticas en ser nominada al máximo premio de Hollywood, pero respaldada por sus más de $ 800 millones de dólares de taquilla. O sea, de las ocho nominadas, por lo menos cinco se pueden considerar un guiño directo al cine popular. 

Pero en desmedro del cine como forma de arte

Lo anterior no es un problema per se: ni la crítica ni los premios pueden estar desconectados con los gustos de las masas, ni mirarlos en menos. Pero sí es un tema cuando el incluir películas por su recaudación de taquilla o su llegada con el público pareciera ser más importante para la Academia que el reconocer al cine como una obra de arte, que a veces puede ser difícil de digerir, pero eso es justamente lo que la hace especial. 

El problema con el exceso del cine pop queda en evidencia cuando se revisan las películas que quedaron fuera para hacerle espacio a las nominadas. Por ejemplo, “El Primer Hombre en la Luna”, de Damien Chazelle (“La La Land”), parecía un candidato fijo a esta temporada de premios, pero su impacto se fue desvaneciendo cuando fracasó en la taquilla, a pesar de ser una película extraordinaria, que merecía nominaciones tanto en sus actuaciones como en su dirección, fotografía y banda sonora, además de Mejor Película. Sólo fue considerada en categorías técnicas.

Caso similar, y aún más grave quizás, es el de “If Beale Street Could Talk”, de Barry Jenkins (“Luz de Luna”), cinta que fue ignorada de categorías como Mejor Director y Mejor Película, a pesar que Jenkins una vez más demostró ser uno de los mejores cineastas de su generación, con una historia que mezcla la desesperación del racismo con un profundo amor y empatía por sus personajes. 

Se puede seguir: “Viudas”, del ganador del Oscar Steve McQueen, una de las mejores películas del año, fue ignorada completamente. First Reformed de Paul Schrader tiene una sola nominación. Nada para la excelente película de terror “Hereditary”, o el thriller “You Were Never Really Here”. La cinta polaca “Cold War” está nominada tanto a Mejor Película Extranjera como Mejor Director, pero ¿No a Mejor Película?

Todas destacadas por la crítica entre las mejores películas de 2018, pero claro, de poco impacto en la taquilla y el público de masas. ¿Pero realmente ese será el criterio priotiario de ahora en adelante? El mejor cine es el que desafía el entendimiento de su audiencia, y se encuentra a medio camino con ella, incluso si ese camino es difícil a tal punto de limitar la cantidad de gente a la que pueda llegar. A nivel de premios, las películas deberían juzgarse netamente por la calidad de la obra. Si fue popular o no, es materia de taquilla. 

La Academia amplió sus miembros internacionales y se nota

Luego de múltiples polémicas por la homogeneidad de sus nomindos (generalmente películas de gente blanca para gente blanca), la Academia decidió sumar cientos de nuevos miembros para generar un grupo de votantes más diversos (entre ellos, varios artistas chilenos, como los hermanos Larraín, Sebastián Lelio y Daniela Vega). Y muchas cosas se pueden decir de los Oscar, pero que no se les puede acusar de que ese cambio esté rindiendo, paso a paso, frutos evidentes.

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La transformación más obvia que se puede apreciar este año es el reconocimiento a películas en lengua no inglesa. En Mejor Director, aparecen nominados dos realizadores por cintas en otros idiomas (el mexicano Alfonso Cuarón por “Roma” y el polaco Pawel Pawlikowski por “Cold War”), además del griego Yorgos Lanthimos por la cinta (en inglés) “La Favorita”.

En Mejor Dirección de Fotografía son tres las películas extranjeras las que postulan, componiendo la mayoría de la categoría: “Roma”, “Cold War” y la alemana “Never Look Away” (aunque por un director de fotografía norteamericano). Eso además de “Roma” estando nominada a Mejor Película a secas. Los miembros de la Academia están más abiertos a reconocer el cine internacional en un variopinto de categorías porque son más nombres internacionales los que están votando. Eso abre posibilidades interesantes en el futuro. 

Los esfuerzos para disminuir el sesgo racial han funcionado, pero los Oscar aún no enfrentan su sexismo

Tres películas con protagonistas afroamericanos (“Green Book”, “El Infiltrado del Klan” y “Pantera Negra”) postulan al mayor trofeo de la noche. Eso, sumado a hechos como la (tardía) primera nominación de Spike Lee como Mejor Director hablan de una Academia que ha escuchado las críticas por racismo y falta de representación de los realizadores de color en la premiación.

Lo que aún nadie parece dispuesto a cambiar es el evidente machismo y sexismo de la organización. Ninguna de las cintas nominadas a Mejor Película fue dirigida por una mujer, y, sorpresa, nuevamente no hay mujeres entre los nominados a Mejor Director. La Academia sigue teniendo un registro injustificable: sólo cinco mujeres nominadas en esa categoría en sus 90 años de historia (con un solo triunfo). Candidatas no faltaban este año, desde Lynne Ramsey por “You Were Never Really Here” hasta Debra Granik por “Leave No Trace”. La excusa de “es que no hay mujeres dirigiendo” simplemente ya no sirve. Los Independent Spirit Awards nominaron este año a tres mujeres entre sus cinco postulantes a Mejor Dirección. 

Si los Oscar son un barómetro del cine anglosajón, 2018 fue un peor año que 2017

Queda un leve gusto a poco tras las nominaciones. Y es que si las nominadas son representativas de lo que pasó en el cine anglo el año pasado, hay una evidente baja de calidad en comparación a 2017, donde entre las nominadas a Mejor Película estaban las extraordinarias “Llámame por tu Nombre”, “Dunkerque”, “Huye”, “Lady Bird” y “El Hilo Fantasma”, las perfectamente bien “The Post” y “Las Horas Más Oscuras”, y las algo más débiles pero decentes “La Forma del Agua” y “Tres Anuncios por un Crimen”.

La señal de que quizás la cosa no estuvo tan buena este año parte desde el número de nominadas: ocho en esta edición, versus nueve en la anterior. A eso hay que sumarle tres películas entre las nominadas a Mejor Película este año (“Bohemian Rhapsody”, “Green Book” y “El Vicepresidente”) que fueron tibiamente recibias por la crítica, y sólo dos (Roma y La Favorita) que entran en la distinción de “brillantes” (según quien escribe), seguidas de cerca de “El Infiltrado del Klan”.

Pero como que algo falta. Entre las omisiones detalladas más arriba, más discutibles méritos de algunas nominadas, queda un sabor algo amargo. O el buen cine no se hizo sentir tanto en 2018, o la Academia está buscando en los lugares equivocados. La balanza se inclina más a lo segundo.