Elon Musk vs Brasil: La disputa judicial que terminó en el bloqueo de X
El pasado 30 de agosto, el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), ordenó la ‘suspensión inmediata’ de la plataforma X (antes Twitter) a nivel nacional. Esto, tras la negativa del director ejecutivo de la empresa, Elon Musk, de nombrar un representante legal en el país luego de haber incumplido las órdenes legales de bloquear cuentas utilizadas para difundir mensajes de odio y noticias falsas.
En este ‘Infinita te explica‘ contamos el origen de la disputa judicial entre el magnate sudafricano, Elon Musk, y el STF de Brasil.
El origen del conflicto entre Musk y Moraes
El conflicto entre el magnate y la justicia brasileña se remonta a enero de 2023 tras la invasión del Congreso y el Tribunal Supremo por partidarios de Jair Bolsonaro, descontentos con la victoria de Lula. En ese contexto, el STF intensificó las investigaciones sobre desinformación y Moraes ordenó bloquear perfiles en redes sociales vinculados a estos grupos. Por su parte, Musk apoyó a los bolsonaristas, acusó al juez de censura y no cumplió con dichas órdenes. Por ello, el empresario se encuentra bajo la lupa por obstrucción a la justicia, participación en una organización criminal e incitación al delito.
Sanciones, amenazas y declaraciones cruzadas
El 7 de abril, el juez Moraes incluyó al dueño de Tesla en la carpeta investigativa y ordenó a X abstenerse de “desobedecer cualquier orden judicial emitida” por la justicia brasileña, incluyendo la reactivación de perfiles cuyo bloqueo había sido ordenado por el STF. Además dictaminó que, en caso de incumplimiento, se impondría una multa diaria de R$ 100.000 (alrededor de US$ 20.000) por perfil, y que los representantes legales de la empresa en Brasil serían acusados de desobedecer una orden judicial.
Como respuesta, en menos de 24 horas, el empresario de 53 años publicó en sus redes que el juez lo había amenazado con encarcelar a su personal y advirtió la posibilidad de cerrar la sede de X en Brasil ante lo que consideró excesivo y una “censura” por parte de Moraes.
Acto seguido, el 17 de agosto, la plataforma anunció el cierre de su oficina en el país sudamericano, violando la legislación, ya que para poder operar dentro del territorio nacional todas las plataformas de redes sociales deben contar con al menos un representante legal.
Más tarde, el 28 de agosto, Moraes citó a Musk a través de X, exigiéndole que, en un plazo de 24 horas, designara un nuevo representante de la empresa en Brasil. Sin embargo, el magnate inundó su propia cuenta con memes y chistes sobre el juez (algunos generados con inteligencia artificial). Tras esto, el 31 de agosto, la ex Twitter quedó restringida en el país.
Dicha medida generó gran rechazo por parte de su líder, quien acusó a Moraes de ser un “pseudojuez” y de destrozar, con fines políticos, la libertad de expresión. “El régimen opresivo de Brasil tiene tanto miedo de que el pueblo conozca la verdad que arruinará a cualquiera que lo intente”, afirmó Musk.
Un cambio radical de estrategia
Después de desafiar las órdenes judiciales durante tres semanas, la red social de Musk cedió. El pasado viernes 20 de septiembre, X nombró a un representante legal en el país: Rachel de Oliveira Villa Nova Conceição. Además, los abogados de la empresa señalaron que la plataforma pagará las multas que debe y aseguraron que se comenzó a bloquear las cuentas en cuestión.
Ante esto, al día siguiente, Moraes le dio a X cinco días para proporcionar registros comerciales y otros documentos que atestigüen el nombramiento de su nueva representante.
Cabe decir que en medio del conflicto, la plataforma volvió a ser accesible de forma abrupta para los usuarios brasileños producto de una actualización automática. Si bien desde X aseguraron que fue algo “involuntario”, el regulador de las telecomunicaciones de Brasil, Anatel, lo consideró como “una intención deliberada de hacer caso omiso de la orden del Supremo Tribunal Federal”. Moraes pareció estar de acuerdo, e impuso una multa de un millón de dólares diarios y bloqueó de nuevo la red social.
Es necesario resaltar que Brasil es un mercado clave para X, con más de 20 millones de usuarios. Por tanto, tras su bloqueo, muchos brasileños han tenido que mudarse a plataformas rivales como Bluesky y Threads, lo que podría llevar a Musk a perder cuota de mercado e ingresos.
Además, el servicio de internet por satélite Starlink, también de Musk, se vio afectado, ya que el Supremo Tribunal de Brasil retiró 2 millones de dólares de sus cuentas para cubrir multas impuestas a X.
Esta trama demostró, una vez más, que en la disputa de poder que mantienen desde hace tiempo los gigantes tecnológicos y los Estados, los gobiernos han sido capaces de mantener la ventaja. Por más que Musk abogue por la libertad de expresión, cualquier empresa debe respetar la legislación y realidad de cada país.