Silvio Berlusconi: Las polémicas que marcaron la vida del controversial ‘Il Cavaliere’
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Silvio Berlusconi falleció el pasado 12 de junio, dejando un legado y una vida llena de polémicas, siendo catalogado como la figura más polarizante de la Italia moderna.
Multimillonario y magnate de los medios, Berlusconi tradujo el espectáculo de la industria televisiva que él mismo controlaba en una forma de hacer política. Este fue frecuentemente citado como uno de los padres del populismo contemporáneo. Sostenía amistades con dictadores, fue involucrado en redes de tráfico de drogas, y mantenía una imagen pública autoritaria y bravucona, frecuentemente denostando a sus oponentes y calificándolos de ‘rojos’ y ‘corruptos’.
Berlusconi fue elegido primer ministro tres veces y sirvió durante un total de nueve años, más que nadie desde el dictador fascista Benito Mussolini. Su carrera, además de sus está vinculada a múltiples polémicas políticas, financieras y personales que marcaron su vida pública. Enfrentó más de 36 juicios, incluyendo acusaciones de asociaciones con la mafia y prostitución de menores. Sólo fue condenado por cargos de evasión de impuestos en el 2012.
Su primer mandato ocurrió en 1993, habiendo llegado al poder poco después de fundar el movimiento ‘Forza Italia’. Este revitalizó a la derecha italiana, la cual había casi desaparecido en 1992 por una serie de escándalos de corrupción. Con un discurso anticomunista y asegurando que dirigiría el país como a sus empresas, Berlusconi provocó una polarización que no se había visto anteriormente en la nación europea. 4 años después de ser elegido, enfrentó su primer proceso judicial como político, acusado de fraude contable por operaciones de su holding Fininvest. Sus detractores acusaban a ‘Il Cavaliere’ de utilizar la política para salvar a la firma de sus problemas financieros.
Una vida de escándalos
En 1998 sería condenado por sobornar a inspectores de Hacienda, aunque los cargos serían posteriormente retirados. Lo cierto es que ya se convertía en una tónica que Berlusconi pasara tanto tiempo en juzgados como haciendo vida política. Sin embargo, las acusaciones más graves llegarían después.
En el 2011 fue acusado de mantener relaciones sexuales con una prostituta menor de edad. Luego habría utilizado su poder para tratar de encubrir el hecho, razón por la que fue condenado a siete años de prisión. Sin embargo, la sentencia sería anulada en julio del 2014.
La única condena que logró pegarse a la escurridiza figura de Silvio Berlusconi fue la ocurrida por fraude fiscal en el 2012, razón por la que se le expulsó del parlamento italiano 1 año más tarde además de prohibirle ejercer cargos públicos. Nunca se rindió en volver con un rol directo a la política. En 2018 la justicia de Milán le otorgó la ‘rehabilitación’, lo que le permitió postularse y ganar un escaño en el Parlamento Europeo en 2019.
Entre medio existen múltiples otros casos de soborno, espionaje, fraude fiscal y muchos más como para enumerarlos, pero ninguno de ellos logró derrocar a la figura de Berlusconi. Sus medios de comunicación exhibían propaganda constante en su favor y de las políticas de Forza Italia. Su partido fue fundamental para articular la actual alianza derechista que tiene actualmente en el poder a Giorgia Meloni. Incluso cuando no ocupaba cargos públicos, su figura fue considerada como la de ‘un viejo estandarte’, y la opinión pública prestaba permanente atención a sus declaraciones.
Si antes de él la política italiana estaba dividida entre católicos e izquierdistas, la irrupción de Berlusconi dio el espacio a los personalismos. El culto a su imagen fue tal que jamás nombró a un sucesor. Los expertos se preguntan qué pasará con Forza Italia tras su fallecimiento.
Lo cierto es que Silvio Berlusconi cuenta con varios discípulos alrededor del mundo: Desde el claro ejemplo de Donald Trump, otro magnate deslenguado que usó el poder de los medios para llegar a su cargo y que se ha visto enfrentado a la justicia de su país, hasta las conductas autoritarias de Nayib Bukele y Rodrigo Duterte, todos le deben algo a ‘Il Cavaliere’