Entrevistas

Héctor Salazar por carta de reos de Punta Peuco: “Ya perdieron la oportunidad de cooperar”

27 de los 134 condenados en el penal Punta Peuco suscribieron una carta pública enviada al diputado Gonzalo De La Carrera, en la que piden, entre otras cosas, “medidas” para que los subalternos “puedan volver a estar junto a sus seres queridos”. En el texto, los distintos firmantes reconocieron que muchas de sus acciones en dictadura “produjeron violaciones a los derechos humanos“. Sin embargo, mencionaron que fue en el cumplimiento de sus deberes y en la forma “como lo entendíamos en esa época”.

Tomamos contacto en ‘Qué hay de nuevo’ con el abogado en Derechos Humanos, Héctor Salazar, quien se refirió a esta misiva que generó reacciones en todo el mundo político debido al inexistente arrepentimiento de los condenados por sus actos y al bajo compromiso por entregar antecedentes en relación al Plan Nacional de Búsqueda.

Consultado por si este documento puede tener implicancias jurídicas o judiciales, “ninguna, desde el punto de vista judicial no tiene ninguna incidencia, pero sí creo que puede tener incidencia en el impacto del ambiente político que vive el país, ya que ahí se está haciendo reconocimiento de cosas que se denegaban hace algún tiempo”.

Asimismo, explicó que que la carta destaca que “en estos casos hubo órdenes superiores y que fueron parte de un engranaje donde se llevó a cabo una política institucional de violación de los derechos humanos. Aquí surge un nuevo antecedente donde se reconoce que hubo una política destinada a reprimir de manera criminal y violenta como nunca antes lo habíamos visto en el país”.

En relación a los posibles beneficios que pudieran tener los reos del penal, fue tajante al indicar que “ellos tuvieron la oportunidad, en su momento, de contar la verdad de lo ocurrido y cooperar con la justicia, pero ya perdieron la oportunidad, puesto que en muy escasas excepciones ayudaron a las investigaciones judiciales, así que no veo cómo se pueden beneficiar con esto”.

Sobre la manera de referirse a sus superiores, argumentó que ellos “son civiles, al igual que cualquier otro ciudadano de este país, pero tenemos que mirar y comprender a estos civiles que fueron parte de instituciones armadas, donde se genera una cultura de “la familia militar”, hay un vínculo, aunque ellos no estén bajo mando, que los hace depender de ese mundo que es muy distinto al mundo de los civiles”.