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Red Transformadora | Articulación público-privada en escenario electoral: ¿Es una herramienta concreta para reactivar la economía?

Chile ha consolidado un modelo de articulación público-privada desde la Ley de Concesiones de 1991, que permitió el desarrollo de autopistas, aeropuertos, hospitales y cárceles con inversión privada bajo regulación estatal. Durante los 2000 se amplió a sectores como energía, educación, capacitación e innovación, con fondos CORFO y CONICYT, además de políticas de clusters productivos.

En los últimos años, la cooperación se ha extendido a energías renovables, hidrógeno verde, Start-Up Chile, telemedicina y programas sociales. La pandemia de COVID-19 reforzó esta sinergia con distribución de insumos, reconversión productiva y vacunación. Eduardo Frei ha defendido este modelo, señalando que el Estado debe enfocarse en lo esencial y apoyarse en privados para grandes obras.

De cara a las presidenciales, Kast propone ampliar concesiones en infraestructura y usar prestadores privados en salud; Jara plantea agilizar trámites, certeza regulatoria y coordinación público-privada en salud y proyectos estratégicos; mientras Matthei enfatiza la alianza en salud, vivienda e infraestructura, con clínicas privadas, subsidios y concesiones.

Un ejemplo vigente es la operación de los Centros de Negocios SERCOTEC por la U. Santo Tomás, que ha apoyado a más de 3.000 emprendedores, generado empleos y facilitado financiamiento, articulando recursos públicos, privados y académicos.