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Oscars 2021: El ranking definitivo de las cintas nominadas a ‘Mejor Película’

Por Ignacio De La Maza

Llegó el momento. Este 25 de abril se llevará a cabo la ceremonia más atípica en la historia de los Oscars, una instancia que intentará contra viento y marea recrear algo del glamour y el estrellato de sus épocas pasadas en medio de una pandemia mundial que transformó al cine hasta niveles irreconocibles durante el último año.

Meterse a una sala de cine hoy en día es un sueño irreal, como lo es ver películas en una pantalla grande. Sin embargo, no todo ha sido negativo. Debido a que la mayoría de las grandes producciones y películas de estudio tuvieron que alterar significativamente su calendario de estreno, los Oscars reconocieron en esta ocasión a películas mucho más íntimas, humanas y, bueno, reales de lo que tienden a preferir. O sea, en este 2021 existen bajas posibilidades de terminar dándole la estatuilla a algo vergonzoso, como ‘El Discurso del Rey’ o ‘Green Book’.

Incluso la peor de las películas nominadas tiene elementos redentores, mientras que las mejores son trabajos de cineastas con pasión y perspectiva, que han sido capaces de capturar el presente, el pasado y el futuro de forma vívida y genuina, con historias que conmueven, duelen y hacen pensar.

Ya hicimos un repaso a todas las cintas en nuestro podcast Videoclub, pero para aquellos que prefieren su análisis escrito, hemos decidido ordenar todas las nominadas a Mejor Película de la peor a la mejor (bajo criterios muy, pero MUY subjetivos). Sin más preámbulos, este es nuestro ránking oficial sobre los Oscars.

8.- Mank

David Fincher (y el guion de su fallecido padre Jack) parecen querer decir algo con ‘Mank’. Algo sobre la intersección profana entre política, entretenimiento y medios de comunicación. Sin embargo, el director parece demasiado enamorado de su propia visión como para resolverla de una forma que le haga más sentido que a él mismo. Nominalmente, ‘Mank’ dramatiza los eventos que supuestamente llevaron al guionista alcohólico Herman J. Mankiewicz a escribir ‘Citizen Kane’ (guion que desarrolló junto a Orson Welles, aunque esta cinta adopta la tesis históricamente descartada de que fue Mank el único contribuidor). Gary Oldman encarna a Mank como un encantador hombre de principios cuyo único gran pecado es ser demasiado noble para sucumbir a las maquinaciones del poder. Esto no solo hace del personaje algo menos interesante, sino que evita que el espectador conozca de cualquier forma significativa al hombre que literalmente le da título a la película. La fotografía en blanco y negro es especial, pero también se siente como un artificio digital. Solo Amanda Seyfried parece interpretar a un personaje de carne y hueso, llevando a flor de piel las insólitas contradicciones de la actriz Marion Davis. En el resto, Fincher parece haberse perdido en una caja de juguetes a la que solo él tiene acceso, dejando a todos los demás a la deriva.

7.- The Trial Of The Chicago 7

Todos los años, los premios de la Academia nominan a al menos una ‘película Oscar’, y ‘The Trial Of The Chicago 7’ es esa película Oscar. Es de esas cintas que parecen haber nacido con la temporada de galardones en mente: Una historia real (check), sobre un tema con resonancia moderna (doble check), transformada en una inspiradora historia de atípico triunfo (triple check) que te hace reír, llorar y sentir el corazoncito lleno. Las ‘películas Oscar’ tienden a ser espectáculos vacíos pero entretenidos que simplifican procesos complejos humanos y los transforman en un desfile de discursos emotivos, lugares comunes y frases para el bronce. Aaron Sorkin, el guionista detrás de obras maestras (‘The Social Network’) e insoportables ejercicios de moralina fácil (‘The Newsroom’) transforma el vergonzoso proceso judicial llevado a cabo por el gobierno de los Estados Unidos contra activistas radicales en la ‘película Oscar’ prototípica. Las actuaciones son grandilocuentes, los diálogos memorables y la historia toca de forma diligente y profesional todos los puntos dramáticos que tiene que tocar. Quizás por eso se siente tan despojada de vida, o de genuina pasión. O quizás es porque Sorkin, el eterno ‘centrista’ de Hollywood, dirige su cinta sobre política extrema con una insólita falta de chispa o perspectiva. No por nada hasta el fiscal títere instalado para procesar los ‘Chicago 7’ termina posicionado como un ejemplo de nobleza sistémica. Al menos se pasa rápido y no ofende a nadie, lo que es probablemente su principal problema.

6.- Sound Of Metal

Desde aquí en adelante la cosa se pone buena. Son varias las publicaciones que han reconocido que el grupo de cintas nominadas a ‘Mejor Película’ este año es harto más sólido de lo que la palestra del Oscar tiende a ofrecer, y tienen un punto. Después de todo, ninguna de estas producciones es terrible, y hasta las dos anteriores tienen puntos que recomendar. Pero habla de la alta calidad de las consideradas en general que haya tenido que poner a ‘Sound Of Metal’ en el puesto número 6, pese a ser una cinta íntima y redonda. Riz Ahmed merece todas las consideraciones que ha recibido por su rol aquí, como un ex adicto baterista que descubre que se está quedando rápidamente sordo. Paul Raci, eterno actor de personajes, está también extraordinario como el sabio mentor que le ofrece amor duro al protagonista mientras aprende a ajustarse a su vida sin oír. Solo Olivia Cooke desentona como la novia (y compañera de banda) de Ahmed, su rango emocional en un estado de permanente ceño fruncido. ‘Sound Of Metal’ no es una película sobre música, y al final del día tampoco es sobre sordera. Es sobre adicción, sobre esa necesidad compulsiva y devastadora de aferrarse a lo que te hizo sentir bien alguna vez pero que ahora solo te trae miserias. La edición en sonido te pone al centro de la plegaria del protagonista, y hace de la historia algo más triste y directo de lo que podría haber sido.

5.- Promising Young Woman

Emerald Fenell muestra tanta confianza como directora en ‘Promising Young Woman’ que sería difícil adivinar que se trata de su primer largometraje. Su viaje a los Oscars fue largo, pasando por un estreno a comienzos del 2020 en Sundance que generó aplausos rabiosos y luego una distribución directo al video (culpa del Coronavirus) en donde la recepción fue algo más tibia. No hay que pasar mucho rato con ‘Promising Young Woman’ para entender por qué ha resultado ser divisiva: Una pieza de pop art feminista con dirección híper estilizada acerca de una mujer que pasa sus noches ejerciendo cruda venganza sobre hombres abusivos no es algo diseñado para hacerte pasar un buen rato. Sin embargo, Carey Mulligan está mejor que nunca como la dañada protagonista, cuya sed de retribución por el crimen que sufrió su mejor amiga en época universitaria bordea de forma peligrosa la psicopatía. ‘Promising Young Woman’ provoca y se retuerce, desmenuzando con tintes de neón a un sistema que permite que ‘hombres buenos’ hagan cosas horribles y se salgan con la suya. También tiene un desenlace que, dependiendo de tus gustos, puede elevar todo el material o arruinártelo para siempre. Al menos provoca una conversación incómoda, que es más de lo que se puede decir sobre los Oscars en general.

4.- The Father

Hablando de películas que te hacen sentir muy, pero muy mal: ‘The Father’ es la cinta más desafiantemente triste de todo este montón. No, triste no. Tristeza es una emoción manejable. Lo de ‘The Father’ es oscuridad pura, una obra que mira directamente hacia el vacío y no saca ninguna conclusión reconfortante al respecto (todo lo contrario). Más parece una película de terror, una aun más escalofriante que la que le ganó el Oscar a Anthony Hopkins en 1992. Hay una posibilidad que esta le ponga otra estatuilla sobre las manos, y estaría más que merecido: Hopkins despelleja cualquier ápice de encanto, carisma o incluso dignidad en su interpretación como un hombre atrapado dentro de una cabeza asediada por el rápido avance de la demencia senil. El director Florian Zeller adapta su propia obra de teatro a la pantalla grande, pero a diferencia de otras películas cuya naturaleza evidencia sus orígenes escénicos, ‘The Father’ es cine puro. Guión, actuación, dirección y montaje conspiran para hacerte sentir tan perdido como Hopkins, jugando con la temporalidad, los sets e incluso los propios actores para dar una sensación de un hombre sufriendo la total aniquilación de su consciente. Olivia Coleman es tan inmensa como Sir Anthony haciendo de la hija de este hombre frágil, una mujer debatiéndose entre su compasión y el resentimiento feroz que la histórica crueldad casual de su padre le provoca incluso cuando este se encuentra en su momento más desvalido. No hay catarsis en ‘The Father’, no hay lágrimas de emoción, no hay belleza. Solo una humanidad crudísima.

3.- Minari

A la Academia solo les costó al menos 15 años más que al resto darse cuenta que los coreanos hacen el mejor cine del planeta. Sin embargo, ‘Minari’ no es ‘Parasite’. De hecho, no es una película coreana. Tiene un director coreano, actores coreanos y los diálogos son principalmente en coreano, pero es en el fondo una cinta sumamente estadounidense. Después de todo, se trata sobre la búsqueda del sueño americano, ese elusivo imaginario neoliberal que plantea que todos pueden encontrar riquezas en la tierra de las oportunidades. Díganle eso a la familia Jacob Yi (Steven Yeun, que tras su salida de ‘The Walking Dead’ ha demostrado ser uno de los mejores actores de su generación), que llega a una granja en la mitad de la nada (en Arkansas, que es más o menos lo mismo) con la intención de domar ese suelo extranjero y por fin sentirse parte de esa nación ajena. Los obstáculos no son pocos: Jacob y su señora Monica (Han Ye-Ri, escondiendo un mundo de decepciones tras sus ojos) apenas hablan inglés, y Monica no es muy receptiva sobre la idea de vivir en un lugar tan inhóspito. Sus hijos, mucho más americanizados que ellos, tienen también problemas para adaptarse, en especial el pequeño David (Alan Kim, en una actuación reveladora), quien padece de un problema cardíaco que le podría quitar la vida en cualquier minuto. La llegada de la abuela (Youn Yuh-jung, simplemente espléndida) evidencia una silenciosa tensión entre viejas y nuevas costumbres, además de destapar la fragilidad del núcleo familiar. ‘Minari’ se desenvuelve de forma gentil y melancólica (el director Lee Isaac Chung la basó en su propia infancia), haciendo hincapié en pequeñas verdades sobre la familia, la masculinidad, la identidad y la forma en que todos esos factores son transformados bajo el capitalismo. No te das ni cuenta cuando ya estás absolutamente hechizado por ella.

2.- Judas And The Black Messiah

‘Judas…’ es todo lo que ‘The Trial Of The Chicago 7’ no es: Una dramatización política hecha con fuego y furia, una historia sobre el pasado que habla sobre crudas verdades acerca del presente, y un estudio de personajes profundo que transforma a sus arquetipos en seres humanos. El fantástico Daniel Kaluuya nunca ha sido más magnético que en la piel de Fred Hampton, líder de la división de Chicago de los Panteras Negra, un joven de voz explosiva y retórica radical que se convirtió en símbolo de la revolución insipiente que se gestaba dentro de los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam. Por supuesto, el FBI no iba a dejar que una amenaza así prosperara. Hampton fue asesinado a sangre fría por agentes federales, una masacre despreciable que fue facilitada por William O’Neal, quien además de ser la mano derecha de Hampton actuaba como infiltrado del FBI para desbaratar a los Panteras desde adentro. Si bien es Kaluuya el que se ha llevado la mayoría de los aplausos, el arma secreta de ‘Judas…’ es Lakeith Stanfield. En el rol de O’Neal, Stanfield es un huracán de contradicciones, un hombre afroamericano que comete un acto de traición imperdonable primero inspirado por miedo (la amenaza de no cooperar es la cárcel) pero luego dando pie a una sed de poder y reconocimiento que se le ha sido negado durante toda su vida solo por su color de piel. En manos de Stanfield, O’Neal es la verdadera tragedia de ‘Judas…’, un hombre que vende a su propia gente tras ser atrapado por una maquinaria que no entiende y que solo se da cuenta demasiado tarde de las terribles consecuencias de sus acciones. A diferencia de ‘Chicago 7’, ‘Judas…’ no pretende que las injusticias raciales ni que los abusos sistemáticos son cosa del pasado, problemas solucionables con capacidad de diálogo y buen corazón. Al igual que The Father, no ofrece catarsis ni soluciones fáciles. Solo se dedica a mirar con el corazón herido cómo el poder mastica y destruye a todos, como aplasta disidencias y enfrenta a los humanos los unos a los otros para garantizar su propia perpetuidad. Ese sí es un mensaje que resuena en el 2021, y hace de ‘Judas’ una experiencia tan enérgica como rabiosa.

1.- Nomadland

Siempre da un dejo de sospecha cuando la temporada de premios termina reconociendo efectivamente a la mejor película del último año. Pasó con ‘Parasite’ el año pasado y también con ‘Moonlight’ hace algún tiempo atrás. Es probable que este domingo vuelva a pasar con ‘Nomadland’, una obra de arte trascendental y humana que te recuerda por qué existe el cine en un primer lugar. Chloe Zhao ya venía desarrollándose como una de las cineastas con más corazón de este planeta con sus dos primeras obras, ‘Songs My Brother Taught Me’ y ‘The Rider’, pero en ‘Nomadland’ alcanza nuevos niveles de trascendencia. Anclada por la actuación insuperable, atrevida y honesta de Frances McDormand, la cinta dramatiza la realidad de miles de nómades estadounidenses que han rechazado la vida bajo el capitalismo para a cambio formar una comunidad itinerante en el camino. Las amistades son pasajeras, la precariedad constante, y el trabajo no siempre digno. Pero al igual que muchos otros, el personaje de McDormand opta por esta vida en tránsito como rechazo al sistema que no solo la rechazó a ella primero, sino que además le quitó absolutamente todo. Zhao es capaz de encontrar vida hasta en el más desolado de los parajes, ya sea en la belleza casi dolorosa de un atardecer sin horizonte como en los momentos de conexión conmovedora entre dos extraños (la mayoría de los ‘actores’ de la película son verdaderos nómades, haciendo de una versión ficticia de si mismos con total naturalidad). Sin embargo, el golpe maestro de ‘Nomadland’ es que es capaz de encontrar momentos de alegría y esperanza sin romantizar en ningún momento el desamparo de sus personajes. Puede que hayan encontrado refugio y hasta redención en la carretera, pero Zhao hace énfasis en que ninguno de ellos estaría ahí si la sociedad no les hubiese fallado en un primer lugar. Un poema agridulce sobre vivir como vivimos, y una película esencial. Nada se le acerca en esta competencia.