Francisca Vorwerk y Natalia Rojas de Skinfit: “Siempre tuvimos la certeza de que esto estaba bien hecho”
25 de Noviembre de 2025 benjaminperez
Dicen que las mejores ideas nacen de una obsesión, de esas preguntas que no te dejan dormir. Así comenzó la historia de Skinfit, cuando una mujer —harta de promesas vacías, cremas milagrosas y tratamientos invasivos— decidió que debía existir otra forma de envejecer: más natural, más consciente, más real.
Con un cuaderno lleno de bocetos y casi sin recursos, viajó por distintos países buscando respuestas. En gimnasios faciales de Europa, en laboratorios de Asia y en clínicas de vanguardia, fue descubriendo un patrón: el rostro podía entrenarse, tal como un músculo del cuerpo. Y ahí, entre duda y fascinación, nació la idea que cambiaría su vida.
Tras años de ensayo, error y una obsesión casi científica, creó una metodología propia: una gimnasia facial patentada que devolvía firmeza, luz y vida sin agujas ni artificios. A esa técnica le sumó tratamientos antiage de última generación, diseñados para corregir y rejuvenecer de forma natural. Así nació Skinfit, un centro donde cada rostro es esculpido como una obra única.
Hoy, sus protocolos exclusivos combinan masajes avanzados, drenaje linfático, tecnología EMS y técnicas de rejuvenecimiento no invasivo. Todo personalizado, todo pensado para resultados visibles, armónicos y sin tiempo de recuperación.