Rodrigo Goldsack de Kila Coffee: “Cuando empecé no tenía idea de cómo hacer un café”

Comenzó diseñando zapatos en una oficina de retail. De lunes a viernes, entre telas, bocetos y planillas, su creatividad se mezclaba con reuniones y KPI. Luego lo cambiaron al área comercial. Sin saber nada, aprendió desde cero gracias a un equipo que, al menos, era buena onda. Pero vinieron los golpes: estallido social, pandemia y despidos. El equipo se achicó y la carga laboral se triplicó. Entonces decidió suspender su contrato. Vendía hasta pisco sour para sobrevivir… y también para pensar.

¿De verdad quería seguir así toda la vida? Y cuando llegó su propio despido, no se desesperó. Habló con su hermano, le contó todo. Y su hermano le dijo: “tengo un amigo que quiere emprender también, es cocinero, sabe de masa madre”. Fue como un chispazo. Le contó la idea a sus papás: una cafetería en la casa. Y ellos, como siempre, lo apoyaron.

No sabía nada de café. Tenía una máquina comprada por antojo, y empezó desde YouTube: videos, tutoriales, prueba y error. El primer día ni siquiera sabía qué era calibrar un espresso. La máquina colapsó frente al primer cliente. “¿Qué hago?”, le preguntó al tipo que se la había vendido. “Tienes que calibrar el café”, le respondieron. No tenía idea. Ni grosor del molido, ni segundos de extracción. Nada.

El día de la apertura fue un caos. Amigos, familia, todos llegaron. Dos personas para todo: él en el mostrador, sacando café, vendiendo pan y pasteles. Su socio, que venía del mundo de los restaurantes, cocinaba sin parar. Él, sin experiencia, sin manual, solo con ganas.

Así partió todo. Sin saber, pero con pasión. En medio del caos, nació un proyecto que hoy tiene sabor a esfuerzo.

¿Cómo fue que un diseñador terminó sirviendo espresso como si hubiera nacido para eso? Descúbrelo en ‘Más Que Un Pitch’, de lunes a viernes, de 17:00 a 18:00, por el 100.1 FM e Infinita.cl.