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La climatización de verano en Chile adopta una ruta clara hacia la alta eficiencia energética

La adaptación al calor extremo se ha vuelto una prioridad nacional. Las proyecciones que anticipan veranos con temperaturas cercanas a los 35 °C impulsan una transición acelerada hacia sistemas de climatización capaces de reducir el gasto eléctrico sin sacrificar frescura. En esta discusión, elementos tradicionales como el ventilador siguen presentes, aunque el mercado reconoce sus limitaciones frente a tecnologías que enfrían el aire de manera activa.

La demanda de alternativas más avanzadas también presiona a familias que buscan opciones intermedias, como ciertos enfriadores de aire, aunque su dependencia del agua y las restricciones hídricas proyectadas limitan su alcance futuro. El escenario nacional avanza hacia una tendencia dominante, soluciones de alta eficiencia respaldadas por estándares regulatorios y por la urgencia climática.

Un mercado impulsado por el clima y el consumo eléctrico

El país enfrenta una diversidad climática que exige equipos capaces de operar en ambientes áridos, húmedos o mediterráneos sin caer en consumos excesivos. En zonas donde el calor aumenta y la disponibilidad de agua disminuye, los sistemas que requieren evaporación pierden pertinencia, lo que afecta directamente a opciones como algunos enfriadores de aire. El público prioriza tecnologías eléctricas eficientes que no dependan de recursos hídricos escasos.

El consumo energético es otro detonante del cambio. Durante el verano, la climatización puede representar hasta el 40 % del gasto eléctrico del hogar. Aunque el ventilador ofrece cierta reducción de sensación térmica, no responde a la necesidad de enfriamiento real que hoy predomina. Esto explica por qué la adopción de equipos más potentes crece incluso en medio de altos costos operativos.

El avance del Split Inverter como estándar nacional

La tecnología Inverter se convierte en la columna vertebral de la climatización de verano. Su funcionamiento continuo, sin ciclos abruptos, permite disminuir el consumo eléctrico frente a los sistemas tradicionales. Esta capacidad de regulación convierte al formato Split en la alternativa dominante, desplazando a soluciones de menor potencia como el ventilador.

Los datos del mercado refuerzan esta dirección, las unidades Split casi triplicaron sus ventas en un periodo de dos años, mientras que los modelos portátiles retrocedieron. Este desplazamiento no solo es preferencia del consumidor, sino una adaptación necesaria para enfrentar el aumento sostenido de temperaturas.

Regulación y eficiencia: Un marco que redefine el mercado

La Superintendencia de Electricidad y Combustibles estableció estándares de eficiencia obligatorios que impulsan la eliminación gradual de equipos de bajo rendimiento. Las categorías del Índice de Eficiencia Energética determinan qué tecnologías pueden comercializarse, consolidando un ecosistema donde soluciones de alto rendimiento ocupan el centro de la oferta.

Este marco regulatorio también incentiva el recambio de equipos antiguos, responsables de consumos elevados durante los meses de calor. En este contexto, incluso alternativas intermedias como algunos enfriadores de aire quedan rezagadas frente a la necesidad de equipos eléctricos con desempeño consistente y verificable.

El futuro inmediato: la Aerotermia como salto tecnológico

La Bomba de Calor emerge como la tecnología que marcará la próxima etapa de la climatización chilena. Su capacidad para entregar hasta tres unidades de energía térmica por cada unidad eléctrica la convierte en una solución con impacto directo en el consumo del hogar. Este avance responde no solo al verano, sino también a la exigencia de calefacción eficiente en zonas frías.

La aerotermia, además, supera las limitaciones asociadas al uso de agua, lo que la posiciona por encima de alternativas como los enfriadores de aire. La integración con sistemas fotovoltaicos abre la puerta a un modelo de climatización con dependencia mínima de la red, reforzando la ruta hacia hogares energéticamente autónomos.

La climatización de verano en Chile ya no se define por preferencias puntuales, sino por una transición estructural. El crecimiento del mercado HVAC, la urgencia climática y la regulación energética empujan al país hacia soluciones que enfrían de forma real con el menor gasto posible.