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Mariana di Girólamo: “Si ponen reggaetón, me paro y lo bailo hasta abajo”

La actriz habla de su primer protagónico en el cine con “Ema”, la nueva película de Pablo Larraín.

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Por Matías de la Maza. 

Hablar de “millenial” es generalmente un término para describir a cualquier joven contemporáneo, tenga 12 años o 29. Pero en estricto rigor, los millenials ya no son tan jóvenes. Sí, lo suficientemente menores para movernos con naturalidad en el mundo digital, pero también con la vida suficiente para decir “Megavisión” en vez de “Mega” y acordarnos de los inicios del reggaetón,

Ambas cosas le pasan a Mariana di Girólamo (28), que en un momento de esta conversación, tira casualmente el antiguo nombre del canal en el que trabajó en tres teleseries entre 2014 y 2018 (incluyendo su consagración en “Perdona Nuestros Pecados”), que dejó de llamarse Megavisión en 2001, y aún así el nombre se ha mantenido en cierto inconsciente colectivo. Y también dice: “Yo crecí con el reggaetón. Mis primeros carretes y salidas fueron con reggeatón. Yo he contado que fui al (concierto de 2007) ‘Duelo de Maestros’, vi a Wisin y Yandel llegar en helicóptero, y grité”.

Sus anécdotas reggaetonaras no son gratuitas: Di Girólamo es la protagonista de “Ema”, la provocadora nueva película de Pablo Larraín, estrenada este 26 de septiembre en los cines chilenos, donde interpreta a una bailarina del género, que inicia un retorcido plan para redimirse del haber devuelto al hijo que adoptó y no pudo criar junto a su marido coreógrafo, Gastón (Gael García).

En conversación con Infinita y otros medios de comunicación nacionales en un salón del Hotel Cumbres Lastarria, Di Girólamo reflexiona: “hay mucha gente a la que el reggaetón le puede parecer molesto, que es la generación mayor a la nuestra. Que pueden decir que es machista o denigrante para la mujer. Pero yo lo disfruto y me gusta bailarlo. Es cultura pop: se escucha en todos lados y en todas partes. Si ponen reggaetón, me paro y lo bailo; y lo bailo hasta abajo, porque me gusta”.

La actriz recibió un llamado de Larraín cuando estaba terminando de filmar “Perdona Nuestros Pecados”. Tuvieron un almuerzo, en donde el director de “No” y “Neruda” le describió a grandes rasgos la idea de hacer una película sobre una mujer libre y particular. No era nada seguro en ese entonces. Un mes después, el proyecto ya era una realidad: se llamaba “Ema”, y Di Girólamo era la protagonista. “A mí siempre me ha gustado bailar, lo necesito. Pero como en las discos. Y Ema era una bailarina profesional, entonces se necesitó entrenamiento; un corto entrenamiento pero muy intenso”, recuerda la actriz.

Tras su paso por festivales como Venecia, Toronto y San Sebastián, los ojos del mundo cinéfilo comenzaron a posarse sobre Di Girólamo, elogiada por el papel en los tres certámenes. Pero incluso antes de eso, la actriz ya debió acostumbrarse a titulares y comentarios en redes sociales sobre ella, debido a su radical cambio de look para la cinta. “Pablo me dijo que implicaba un corte de pelo, que eso era muy importante para el personaje. Cuando hice la película me lo corté, un poco menos corto de lo que lo tengo ahora, y después me lo corté más porque el cabello quedó dañado. Pero también fue algo simbólico: significa un cambio y los cambios son buenos”, afirma.

A través de la búsqueda por la maternidad, “Ema” busca generar un retrato generacional sobre identidad, sexualidad y familia. “Creo que Ema pretende ser una mujer que es un retrato de nuestros tiempos. Ella quiere ser madre, y ve la maternidad como algo muy liberador. Se relaciona de forma sexoafectiva con la gente sin importar si son hombres o mujeres, y si son uno, dos o tres”, dice Di Girólamo, agregando: “Ema es una mujer, se siente mujer, pero no hace distinciones. Ella ama nomás, fluye. Es más cercana a las chicas que son no binarias o pansexuales”.

Con respecto a esto último, la cinta implicó un desafío mayor para Di Girólamo, con un personaje usando su sexualidad a flor de piel para conseguir lo que quiere. “Habían escenas de sexo para las que nos informamos mucho. Por ejemplo, no queríamos hacer las típicas escenas de sexo de mujeres que se ven en el porno. Estaba muy abierto a la comunicación Pablo porque estábamos trabajando sin un guión fijo, que se nos entregaba con poca anticipación. Entonces estaba abierto a todas las propuestas”.

En medio de la atención que está recibiendo la película, como suele suceder con los proyectos de Pablo Larraín, la actriz también lamenta el anuncio de que el Banco Estado dejará de entregar fondos al cine nacional: “hay grandes directores e ideas en el cine chileno, entonces no se entiende que el Banco de Estado nos haya quitado ese financiamiento. Ojalá que se nos faciliten las cosas para que podamos llevar a cabo nuestros proyectos”, concluyendo: “es difícil ganarse los fondos, y debería ser un poco más fácil. Hacer una película es algo muy caro. Así como están sucendiendo cosas en la industria, que nos apoyen también”.